De Aznar a Aznar

León

Cerca de 40 años lleva el senador popular por León, Luis Aznar, viviendo de la política. A ella saltó a mediados de los años 70 del pasado siglo desde su puesto de funcionario público, con la categoría de auxiliar administrativo. Auténtico chamán de la supervivencia política, antes de servir como ahora sirve a los bajos instintos de una de nuestras tres derechas, vivió como refugiado en los dos partidos de talante moderado que fundó y lideró el ex presidente Adolfo Suárez.

Hemos visto estos días al senador leonés ejercer de portavoz de su grupo en la comisión que investiga la financiación irregular de los partidos políticos. Ajeno a los centenares de casos de corrupción de su entorno próximo, Luis Aznar ha usado en sus intervenciones el tono airado, chulesco y prepotente del otro Aznar. El mismo al que ayudó con sus votos a acceder a la presidencia de la Junta de Castilla y León en el año 1987. El cambio de chaqueta le ha permitido vivir como un príncipe durante tres décadas.

Conoce bien las formulas precisas para subsistir en la selva que a veces es la vida orgánica de un partido. Fiel escudero de la fallecida Isabel Carrasco, guardó y guarda silencio de cuantos desmanes, trampas y corruptelas llegó a conocer durante los años de ese reinado político con final dramático. A él no le ha ido mal.

Para un funcionario de su categoría, gozar durante tantos años de tan elevadas remuneraciones económicas y privilegios han terminado por cegarle todas las vías que llevan a un hombre a mirarse la conciencia. Por traicionar ha traicionado hasta los moderados modales políticos del ex presidente Suárez.

¿Cómo puede preguntar por la corrupción de los demás, alguien que está rodeado de tantos compañeros de partida condenados, acusados o encarcelados por robar, malversar, prevaricar o falsificar?.