El Terreno, nuevo foco para los inversores inmobiliarios extranjeros

Palma

El Terreno es un barrio de calles inclinadas, con grandes casas, villas de lujo y edificios altos con vistas al mar que, a pesar de la degradación sufrida en los últimos años, asociada al ocio nocturno, no pasa desapercibido para compradores extranjeros que ven en la zona inversión y negocio. 

Una realidad con la que conviven sus vecinos que reciben constantes y suculentas ofertas por sus viviendas. María lleva treinta y dos años viviendo en El Terreno y reconoce que "nos han tocado a la puerta varias veces para hacernos una oferta pero no vendemos". Al mismo tiempo relata como sí lo han hecho sus vecinos: "la casa que tenemos al lado la han comprado unos suecos que vienen unas tres veces al año y todas las casas que tenemos delante las han comprado recientemente unos franceses". Además nos cuenta que es habitual ver a personas "haciendo fotos a las propiedades que están en venta". 

Otra vecina de la zona, propietaria de una planta baja, explica que "son muchos los que se han interesado por su vivienda" pero, aclara, "aquí he nacido y aquí me moriré" sin querer escuchar ninguna oferta.

Los compradores ya no ven mercado en zonas como Santa Catalina o Son Espanyolet y dirigen sus operaciones inmobiliarias hacia este barrio de viviendas unifamiliares de grandes dimensiones, rodeadas por el Castillo de Bellver y el Paseo Marítimo. Para el presidente de la Asociación de Vecinos de El Terreno, Xavier Abraham, "se constata el cierre de un ciclo para la barriada que da lugar a otro más incierto". 

Uno de los ejemplos que aumenta las sospechas de la intención especulativa por parte de estos nuevos inversores es "la compra reciente de cuatro inmuebles por un comprador alemán, todos ellos en la misma calle, en la calle 2 de Maig". "Ha comprado el número 32, el 34, otra casa a cien metros y la vivienda de enfrente para evitar que alguien construya y le quite las vistas", continúa Abraham. 

El interés del ciudadano extranjero por sus viviendas no es nuevo para el vecino de El Terreno. "Siempre", dice Abraham, "han existido ofertas", la diferencia es que "donde antes el comprador veía una residencia ahora ve negocio".

El principal temor es que "detrás de todas estas compras exista un objetivo puramente lucrativo y que estas estancias se conviertan en oferta turística". Actualmente, cuenta Abraham,  "no tienen constancia de denuncias relacionadas con el impacto del alquiler turístico que sí se dieron en el pasado sobre todo en alquileres de viviendas plurifamiliares". 

Considera que la Ley turística ha servido como "medida disuasoria para aquellos particulares que alquilan sus pisos" aunque también critica "la falta de control por parte de las instituciones que legislan sin disponer de las herramientas necesarias para hacer cumplir la ley".

El alquiler turístico ha abandonado los pisos para instalarse en casas, una práctica evidente para los vecinos de El Terreno que relatan como ven "personas que están claramente de paso, con maletas para arriba y para abajo". 

Y tal como se ha venido dando en otras zonas de Palma, la consecuencia más inmediata de la irrupción del alquiler turístico es el aumento de precio del alquiler, que de forma inevitable expulsa al residente del barrio. Algunos "ya han tenido que abandonar el barrio" y otros viven con "temor" de que llegue un aumento de precio que no puedan asumir.

Una fotografía que habla de la transformación de un barrio a las órdenes de ciudadanos europeos y que nos recuerda el pasado reciente de barriadas como Santa Catalina o Son Espanyolet.