La piqueta de los rescatistas de Julen no tenía sangre
El pequeño falleció el mismo día de la caída por un traumatismo severo en el cráneo
José Roselló (2i) y Victoria García (c), los padres de Julen, el niño de dos años que cayó el pasado enero a un profundo y estrecho pozo en la localidad malagueña de Totalán del que fue rescatado sin vida, caminan junto a la prima del padre y pareja de David Serrano(d), dueño del terreno donde ocurrió el suceso, / Daniel Pérez (EFE)
Málaga
Julen presentaba una fractura craneoencefálica severa que le causó la muerte, según el informe forense preliminar firmado el día en el que fue hallado el cuerpo del pequeño en el pozo de Totalán. El cuerpo del menor tenía heridas en la zona frontal y lateral izquierda de la cabeza y, junto a estas lesiones, múltiples heridas postmorten, causadas cuando el pequeño de dos años ya había fallecido tras la caída de más de 70 metros. Además reseña que el pequeño habría tragado tierra ya que se encontraron restos en el esófago y el estómago.
Este informe data la fecha de la muerte el mismo día de la caída del pequeño de dos años en el pozo de Totalán el 13 de enero de 2019 en un caso que mantiene abierto el juzgado de instrucción 9 de Málaga y como investigado, por un presunto delito de homicidio imprudente, al dueño de la finca en la que estaba el agujero de sondeo por el que cayó el menor que fue localizado tras 13 días de rescate.
La defensa del investigado ha presentado recientemente un informe en el que apuntaba que la muerte del pequeño se podría haber producido por la acción de los rescatistas que habrían dejado caer una barra o piqueta de hierro para romper el tapón que cubría al menor por lo que pedía al tribunal que practicara nuevas pruebas para aclarar este extremo.
Sin embargo, fuentes del caso aseguran que la piqueta de los rescatistas no presentaba rastros de sangre y que en el cuerpo de Julen no se halló ninguna herida inciso contusa compatible con el golpe de esta herramienta.
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En el sumario también se desvela que el tapón de tierra que tenía Julen sobre su cuerpo era de 30 centímetros que fue provocado por la caída del menor y la posterior acción de rescate del padre y que el peso de este tapón era de 33 kilos.
DECLARACIONES
Fuentes de la investigación señalan que, de momento, ninguna de las declaraciones de los testigos en el caso Julen sustenta la versión del único investigado. Ninguno de los testigos confirma que el pozo estuviera bien tapado o que el investigado avisara a los padres del menor de la presencia del agujero mientras se dirigían en coche a la finca de Totalán donde pasarían ese domingo.
Ignacio San Martín
Periodista de Málaga especializado en tribunales y motor. Responsable de 'Autoradio', programa decano...
