El pirómano de Palma sigue en activo
El pirómano quiere reivindicar su autoría, rechaza imitadores

"La línea roja" de Matías Vallés (02/05/19)
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Palma
Nada produce mas impacto que la realidad a secas: El pirómano de Palma sigue activo y bien, que dirían los ingleses.
Esta evidencia, tras los cuatro contenedores quemados ayer, no significa solo que procure usted aparcar su coche lejos de los depósitos de basura.
Supone sobre todo que le toca seguir pagando, porque entre las hogueras y su infructuosa persecución policial, la factura de la broma se eleva por encima del millón de euros.
Salvo que Palma sufra un fenómeno de combustión espontánea de contenedores, o que sea posible provocar un incendio a distancia desde la cárcel, el pirómano o pirómanos se halla o se hallan entre nosotros.
Para ahondar la humillación, el último incendio se ha producido en la zona de Palma donde el fuego resultó en la detención de dos personas.
El pirómano quiere reivindicar su autoría, rechaza imitadores.
Con centenares de contenedores quemados, los patrones de funcionamiento del fuego deberían ofrecer al menos pistas sobre el número de comandos en activo en la ciudad.
Palma ha creado un mito a partir de un delincuente, al concederle ya dos años para expresarse salvajemente a su gusto.
Lo más grave no son los destrozos, ni siquiera la inquietante imagen de una ciudad en llamas. Lo peor es la burla continuada a los ciudadanos.




