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A Boca Llena

Domi: el Mosto extemporáneo

El Schumacher de las arenas cambia con la llegada del calor sus solicitados potajes y el ajo caliente por sopas frías y aliños con el mismo sabor

Pollo de campo con patatas / Radio Jerez Cadena SER

Jerez de la Frontera

Cuando Juan Alfonso me sugiere el lunes al mediodía, con treinta y tantos grados en el termómetro, ir a comer al Domi, no es a priori el plan que más me puede apetecer. A mí al kilómetro 2 de la carretera de Trebujena me gusta ir uno de esos días que el cuerpo te pide un Ajo caliente de los de cucharón y paso atrás, o cuando el frío invita a un reconfortante plato de menudo o de berza. Pero ya digo que no es el caso de este lunes de resaca electoral con más pinta de julio o de agosto que de finales de mayo.

El Domi es un Mosto de los raros que no da por terminada la temporada hasta finales de junio. Es entonces cuando sus propietarios y empleados se toman unas vacaciones de un trimestre que compensan con creces los nueve meses sin cerrar, salvo el 25 de diciembre y el 1 de enero, que son los únicas días en los que se da descanso al personal en la “temporada alta”.

Patatas aliñadas del Domi / Radio Jerez Cadena SER

Estas vacaciones, más propias de maestros que de profesionales de la hostelería, quedan aún a un mes vista. En el carril de entrada, situado en el margen izquierdo de la carretera con dirección a la autovía, ha perdido su color carmesí original la banderita que lleva desde octubre anunciando que hay mosto. Ahora es más bien de un color rosa palo que pasaría inadvertida de no ser por el cartel al pie que reza: “Mosto Domi”.

Seguro que no es este el único motivo por el que el ambiente en el Domi es de lo más tranquilo. El calor aprieta. Y lo hace, por ejemplo, para sembrar la inquietud entre los rocieros, que temen un Camino pesado por las altas temperaturas y la falta de lluvia. Domingo Puerta Vega, Domi para los amigos, es uno de ellos. Incluso hace años, cuando fue el tractorista de la Hermandad de Jerez, le bautizaron como el “Schumacher de las arenas”. He tenido la precaución de no preguntar si el apodo tiene connotaciones positivas o negativas, pero lo cierto es que nunca más repitió como tal. Últimamente va cada Pentecostés con Juan Alfonso Romero, al que amenaza con rajarle las cuatro ruedas del todoterreno cada vez que éste le insinúa que hay que regresar antes de que pase la hora límite de la barcaza de Sanlúcar.

Al llegar, el rebaño de ovejas que sirve de diversión para los más pequeños durante el invierno se encuentra a pleno sol. Imagen que contrasta con la imponente piscina que la familia de Domi tiene justo enfrente, junto a su vivienda anexa al Mosto donde viven todo el año. Allí están también al ciudado de sus tierras, donde el trigo ya ha espigado y debe estar a punto de ser cosechado. En tiempos de la burbuja inmobiliaria le hicieron una buena oferta por ellas, pero no la consideró y ahí siguen.

Gazpacho con guarnición / Radio Jerez Cadena SER

En el patio de entrada, con media docena de sombrillas azules y blancas abiertas con la publicidad de Cruzcampo y de los helados Nestlé, hay sólo una mesa ocupada, pero da la impresión de que han tomado el aperitivo y se marchan antes de que el calor apriete más.

Entramos en la nave, con falso techo y dividida a lo largo por un tabique. De la veintena de mesas hay ocupadas un par de ellas o tres. El Domi nos recibe detrás de la barra con un polo celeste, una gorra negra de Moto GP y en el cuello el típico pañuelo rociero de cuadros. Está tomando una cerveza con dos parroquianos más, pero enseguida empieza a pincharse con Juan Alfonso para ver quién salta antes. Hay risas y mucha complicidad después de años de amistad.

El local tiene aire acondicionado, pero no está funcionando a esa hora. Afortunadamente, por las ventanas del salón entra el cálido viento de levante que provoca el ondeo de las cortinas y alivia la temperatura ambiente. Ocupamos una de las mesas del comedor, de madera como las sillas y mantel de papel. El suelo es de terrazo y la decoración más bien austera, colgando de sus blancas paredes algún retrato de la Virgen del Rocío y aperos de viña.

Nos atiende amablemente Andrés, marido de la cocinera, Mari, y cuñado de Domi. Ambos son las manos y los pies de la venta. Hacemos el amago de pedir una botella de mosto bien frío, pero la tarde está cargada de trabajo y optamos finalmente por tomar agua mineral. La carta es la misma que la del resto del año. Pese al calor, hoy tampoco faltan la sopa, el consomé, los huevos con tomate frito casero, el menudo, la berza, la carrillada… Le hincaba el diente de buena gana a cualquier de ellos, pero el cuerpo me pide otro tipo de platos, y Juan Alfonso ya se ha adelantado pidiendo un par de gazpachos, que no aparecen siquiera en la carta pero que hacen ya a diario.

Mosto Domi / Radio Jerez Cadena SER

mosto domi

—  Ctra. Trebujena, kilómetro 2. 11404 Jerez (Cádiz). Abierto todos los días (salvo julio, agosto y septiembre), de 11 de la mañana a 9 de la noche. Teléfono: 609 17 77 08

Lo traen servido muy generosamente en sendos lebrillos de barro. Tienen ya incluida la guarnición, a base de jamón, huevo, tomate, cebolla y pimiento. No lleva pan ni pepino, lo que me recuerda al que hacen en casa. Está en su justo punto de frío, no demasiado para que destaque el sabor de las verduras. Para mi gusto, le falta un chorreón de buen vinagre de Jerez que remataría una buena crema fría.

Andrés nos ha traído también una ración de patatas aliñadas. Además de la indispensable cebolla, el perejil y el aceite de oliva virgen extra, lleva huevo duro, que particularmente no me disgusta. El corte de la patata es el adecuado, irregular gracias a que los trozos han sido partidos, y no cortados a cuchillo, para que suelten todo el almidón y espesen el aliño.

De segundo compartiremos un pollo de campo guisado. Vienen varios trozos de carne negra e inconfundible sobre una cama de patatas al bastón generosamente empapada con la salsa del guiso. En cocina se les ha ido ligeramente la mano con la nuez moscada y los trozos de pollo de campo no son los más carnosos, pero el punto de cocción del ave es correcto y el plato está muy conseguido.

A destacar también el pan del pantano y de Alcalá de los Gazules, cuya mezcla es la ideal para que al ajo caliente no resulte lamioso en exceso, según nos dice Andrés.

Al despedirnos, un café solo con una cucharadita de miel de la Sierra y las ganas de marcharnos con algunas anécdotas de Domi, que se ha ausentado un momento. Al regresar por el carril, hemos creído verle montado en la cosechadora. Seguro que pensba también que el trigo está en el punto justo y ha decidido echar una peonada con la fresquita.

Regresar al Mosto Domi es siempre de debido cumplimiento, pero mucho mejor en su época, aunque ya han podido comprobar que estamos ante un Mosto de lo más extemporáneo.

 
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