Antonete Gálvez, ¿héroe o villano?

Murcia

Antonete Gálvez, ¿héroe o villano?

Con más pena que gloria transcurrió el segundo centenario del nacimiento de Antonio Gálvez Arce, más conocido como Antonete Gálvez.

Antonete –y no "Antoñete", como algunos escriben– nació en la vecina pedanía de Torreagüera un 29 de junio de 1819. Era hijo de agricultores, de gente sencilla de la huerta hasta que fue proclamada la República y se convirtió en un destacado activista.

Fue un hombre muy querido por el pueblo, obteniendo su mayor fama cuando fue proclamado el Cantón Murciano en julio de 1873. Antonete, con su buena labia, consiguió que la marinería cartagenera se uniera a la causa. Cuando las aguas volvieron a su cauce, fue condenado a pena de muerte, por lo que tuvo que exiliarse en la ciudad africana de Orán.

Después de muchos avatares, tuvo un final feliz: murió en su propia cama, en su casa de Torreagüera, esa misma casa que hemos visto caerse a trozos sin que las autoridades muevan un solo dedo, un 28 de diciembre de 1898.

Según cuentan las crónicas, su entierro se convirtió en una tumultuosa demostración de cariño popular. El obispo de la diócesis de Cartagena prohibió que fuera sepultado en suelo santo. Sin embargo, medio siglo después, sus restos fueron trasladados al cementerio de su pueblo natal en donde hoy descansa para siempre.

El mayor problema de Antonete Gálvez, dos siglos después de su nacimiento, es que hay quien aún no tiene claro si fue realmente un héroe, un bandolero o un simple loco de atar.

En todo caso, de lo que no cabe la menor duda es que fue un personaje singular que, con su actitud de rebeldía, provocó que Ramón J. Sender escribiera una de las mejores novelas españolas del siglo XX, Mr. Witt en el Cantón.

Alemán Sainz, en su Diccionario incompleto de la Región de Murcia, que alguien debería reeditar con urgencia, dejó escritas estas palabras: "Antonete es un tipo popular, instintivo, que se exalta hablando, pero la suya es una historia sencilla, a la que el pueblo puso música y letra como se hace con los mitos sencillos de todos los tiempos".