Esta no es la "Sopa Boba", es borracha

Plasencia

 Dependiendo del pueblo, o casi de la casa, reciben un nombre u otro, tienen más o menos ingredientes dependiendo del gusto, pero todas tienen algo en común se las llama sopas sin serlo, sino que son uno de los postres más típicos del Norte de Extremadura.

Se trata de una especie de bizcocho con los ingredientes del otoño y el invierno del norte de Extremadura, endulzados con la miel de las Hurdes o la Sierra de Gata a la que se le incluye vino (en el caso de las borrachas) o higos y uvas pasas (en el caso de la dulce) y manzana.

Uno de esos dulces cuya receta pasa de abuelas a nietas por los valles del Ambroz, el Jerte o la Vera, de multitud de variantes a lo largo de los años. Hechos en las grandes ollas de barro a fuego lento, para que quede más jugoso, en algunos casos más que bizcocho es en verdad una especie de compota o melaza, y que nos retrotrae a tiempos más remotos, cuando los ingredientes no se compraban sino que se recogían y guardaban para este postre. 

La base es miel pura (en la zona de las Hurdes, Sierra de Gata o las Villuercas)  que se disuelve en agua o vino caliente (dependiendo de si es dulce o borracha) con esa base se elabora una masa con huevos, harina y levadura, en algunas variantes se le suprimen estos elementos y se sustituyen por pan duro. Cuando ya se tiene la masa se le añaden manzanas,  nueces, higos secos, uvas pasas, piñones, castañas cocidas o cualquier otro fruto del invierno que se nos ocurra (o hayamos encontrado en nuestro deambular por las sierras del norte extremeño)  y se deja cuajar al horno en cazuela de barro.

Postre de tradición y de casa de abuela, del que, por regla general, sólo puedes ponerte una porción, so riesgo de empacho.