El Instituto de Ecología advierte de la necesidad de parar el calentamiento para evitar la perdida de corales
Este instituto perefecciona su sistema de alerta de medusas que avisa a los municipios costeros de la aparición de plagas y que pondrá en marcha a partir de Semana Santa
Gabriel Soler, director del Instituto de Ecología Litoral. Estudio sobre el blanqueamiento de corales en la costa alicantina
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Alicante
La advertencia del director del Instituto de Ecología Litoral, Gabriel Soler, surge tras comprobar que el 78 % de los corales de Alicante se muestra afectado por el cambio climático. Estas colonias están afectadas por el denominado 'blanqueamiento', un fenómeno causado por el calentamiento de las aguas que produce su debilitamiento o su muerte.
El dato forma parte de los primeros resultados de un proyecto apoyado por el Ministerio de Transición Ecológica para analizar los efectos del calentamiento del mar en la región levantino-balear. Este estudio monitoriza 307 colonias de las especies de coral cladocora caespitosa y oculina patagónica en las zonas de Ifach, Serra Gelada y litoral de la Marina Baixa, Cabo de las Huertas y Tabarca.
Soler insiste en que estamos a tiempo de mitigar las consecuencias de este calentamiento para evitar que este hábitat natural desaparezca.
Por otra parte, en colaboración con la Generalitat, el Instituto de Ecología Litoral lleva a cabo un programa para advertir a los municipios de la aparición de plagas de medusas en nuestras costas.
Para ello, está perfeccionando el sistema que ya se puso en marcha y que pretende avisar de la aparición de estas colonias antes de que lleguen a nuestras playas y de esta forma dar tiempo a los ayuntamientos y servicios de salvamento y socorrismo para que adopten las medidas pertinentes.
En este sentido, cree que en el futuro en alguna ocasión las playas se deberán cerrar por la aparición de medusas.
No obstante, este experto advierte que se trata de colonias de medusas propias del Mediterráneo, con un poder urticante menor al de otras especies invasoras, como la carabela portuguesa, que puntualmente apareció en nuestras cosas el pasado verano.