La ruina de los agricultores

Alicante

Los agricultores alicantinos también se movilizaron ayer para pedir precios justos para sus productos. Uno de ellos, como ya lo hizo hace unos días otro productor de uva del Vinalopó, arrancó sus árboles frutales, lo cual no deja de ser un acto desesperado sin vuelta de hoja.

El problema es de calado y no solo pasa por la miseria que les pagan los intermediarios que luego revenden estos productos a precios mucho más elevados. En un mundo en el que se mide todo y en el que los sistemas de trazabilidad permiten conocer el origen y el trayecto de cualquier producto, también deberíamos saber quienes se quedan con el dinero que no va a los sufridos agricultores.

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Pero, además, estamos ante un problema que agrava el despoblamiento de las zonas agrícolas y que también tiene mucho que ver con la emergencia climática e, incluso, con los incendios forestales cada vez más graves que padecemos.

Es cierto, como afirman los ecologistas, que la comida que comemos y cómo se produce tiene un enorme impacto en el clima y, por ello, estas prácticas cada vez tienen que ser más respetuosas, pero me atrevería a decir que abandonar las explotaciones agrarias puede tener un impacto todavía mayor.