Ayuso gastará casi medio millón de euros en mantener el chalé de lujo que cedió a Guaidó

Madrid

La última vez que se utilizó la Residencia Santillana, más conocida como 'La Casita' o 'La Casa de la Pradera' fue el pasado 25 de enero, cuando el presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó disfrutó, a solas, en privado y sin ningún miembro del gobierno, de esas instalaciones públicas – patrimonio del Canal de Isabel II-, tal y como adelantó la SER.

El registro oficial del Canal de Isabel II dice que ese chalé de lujo de 1.462 m2 apenas se utiliza. En 2017, por ejemplo, solo se usó en cuatro ocasiones. Todas ellas fueron reuniones de trabajo de la expresidenta Cristina Cifuentes, que puso veto al uso y disfrute de sus consejeros – a diferencia de épocas anteriores-.

Se usa poco, pero su estado es impecable y su coste exorbitado. El césped de la parte trasera de esa residencia se conserva con mimo – los operarios lo cortan con asiduidad-, igual de cuidado que el hall y el salón principal acristalado, que tiene unas vistas privilegiadas del embalse de Santillana. El esmero se nota, sobre todo, en las dos suites que hay en la planta baja, donde el expresidente Alberto Ruiz Gallardón quiso reservar un espacio preferente para los dirigentes que quisiesen pernoctar.

Hasta ahora, el Canal de Isabel II pagaba 87.763 euros por el mantenimiento de esas instalaciones por un contrato de dos años de duración. Pero el nuevo Gobierno madrileño está dispuesto a pagar mucho más, incluso más del doble.

La Consejería de Medio Ambiente – gobernada por el PP- inició el pasado mes de octubre el proceso para licitar el nuevo contrato del servicio de reparación y conservación para los próximos cuatro años. Pese a no tener aún presupuestos propios – se han prorrogado los de la anterior legislatura-, el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso ha reservado 430.117 euros para un nuevo contrato, que aún no ha sido adjudicado, que incluye el trabajo de "jardinería", "pequeñas reformas y otros trabajos", el "mantenimiento preventivo de todas las instalaciones eléctricas, de las plantas térmicas", la puesta a punto de "el software de control de instalaciones" y un "servicio de 24 horas", según se explica en el contrato.

Una limpieza diaria y privacidad

El pliego de condiciones técnicas obliga a la empresa adjudicataria a realizar dos limpiezas anuales en la cubierta del chalé y a reponer las tejas. Durante el primer mes de contrato también tendrá que hacer un inventario fotográfico de las instalaciones. El Canal de Isabel II se asegura también de que los trabajos de conservación y reparación no interfieran nunca en las reuniones que se puedan celebrar por eso en el contrato tienen la capacidad de exigir "el aislamiento perfecto de la zona de trabajo del resto del edificio, mediante barreras, cortinas, etc. De la misma manera, exigirá la limpieza diaria, tanto de las zonas de trabajo como de las zonas anexas".

Más de 163.000 euros en reparaciones

El hermetismo sobre la actividad de esta residencia de lujo – patrimonio público del Canal de Isabel II- ha sido absoluto. Durante los últimos años ha sido muy difícil conocer, por ejemplo, las inversiones que se han realizado en esas instalaciones. Según ha sabido la SER, en ese chalé de lujo, entre 2009 y 2018, el Canal de Isabel II se gastó 163.945 euros en obras y reformas. La documentación aportada por este Ente público acredita, por ejemplo, que se gastaron 88.833 euros en "reforestar" esa residencia, otros 20.754 euros en instalar "un módulo prefabricado para almacenar los útiles de jardinería", otros 17.788 euros para la "instalación de línea de vida", otros 15.245 euros en reparar una "instalación eléctrica de baja tensión", otros 5.660 euros para "instalar un nuevo pararrayos", otros 5.886 euros en "carpintería y en la "reparación y rehabilitación del tejado" y otros 1.848 euros para la "instalción de barandillas", entre otros gastos.