El ocaso de El Bosque

Jerez de la Frontera

Una mezcla de pena e impotencia produce darse una vuelta por el antiguo Restaurante El Bosque y verlo expoliado y abandonado a su suerte. Desde que en noviembre de 2017 se cumpliera el plazo de concesión y la anterior adjudicataria, Alfonso Catering, decidiera no renovar y poner fin a cuarenta años de gestión y servicio, el edificio permanece clausurado.

Bien es cierto que el Ayuntamiento, siguiendo los plazos legales, abrió un nuevo pliego al que se presentó Gonzalo Assiego, el empresario de Bali, pero entonces no se dieron las circunstancias y tuvo que abrirse de nuevo el proceso de concesión. En este tiempo, la maleza ha ido devorando los antiguos jardines, pero lo más preocupante es que el interior del restaurante ha sufrido importantes destrozos y, ante la falta de vigilancia, ha sido expoliado, como no hace tanto ocurrió también con el hotel Prestige Palmera Plaza de la calle Pozo del Olivar.

Así las cosas, el empresario malagueño ha adelantado en Diario de Jerez que ante tal panorama es poco probable que siga optando a hacerse con la concesión, por lo que el panorama que se abre es más que incierto. En declaraciones a Hoy por Hoy Jerez, el presidente de Horeca, Antonio de María, ha instado al Ayuntamiento a "que busque una salida para un lugar tan emblemático" e incluso sugiere que "negocie con la Junta la posible apertura en esas instalaciones de una escuela de hostelería tan necesaria en la zona".

La historia del Restaurante El Bosque se remonta a la década de los cincuenta, con Álvaro Domecq como alcalde de Jerez. La ciudad carecía de un lugar así para recibir a visitas importantes y autoridades y se decidió levantar un edificio en la zona del parque González Hontoria más cercana a la avenida. En su primer época fue el cocinero vasco José Mari Garastazu quien le dio lustre a un restaurante que pronto se erigió en referente gastronómico en la provincia. Incluso se trajo del País Vasco a las primeras camareras, lo cuál supuso una gran novedad en la época.

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El testigo lo recogió a finales de los sesenta José Antonio Romero-Valdespino y la sociedad Valdehermosa, que mantuvo alto el listón hasta que se hicieron cargo de la gestión en 1977 los hermanos Alfonso y Antonio Rodríguez. De la mano de Alfonso Catering, El Bosque prolongó su época dorada. Sus paredes fueron testigo de conspiraciones, cierres de tratos multimillonarios, se celebraron innumerables eventos sociales y era sitio de paso obligado para personalidades y rostros conocidos. De entre estos últimos nunca trascendieron todos los nombres, dada la prudencia y la discreción de los hermanos Rodríguez, pero es de dominio público que disfrutaron de su cuidada cocina los Condes de Barcelona, abuelos del actual rey Felipe VI; Julio Iglesias, Manuel Alejandro, la Duquesa de Alba...

Una historia que amenaza con tener un triste final si la administración no acierta con la clave de un complejo que ni por asomo vale la cantidad que se pide a cambio de su concesión.