Es más difícil ser de izquierdas
La izquierda necesita un suplemento de lucha para ascender al poder, y también sufre adicionalmente para mantenerlo

"La línea roja" de Matías Vallés (14/04/20)
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Palma
¿Elige usted el camino más largo para llegar a su destino?
Por tanto, no podemos criticar a la ligera a quienes se posicionan ideológicamente atendiendo a un criterio de comodidad.
Y bastará un somero examen a nuestro alrededor para concluir que es más fácil ser de derechas.
Por ejemplo, a la izquierda se le exige más en asuntos de corrupción, según reconoce Felipe González tras haberlo padecido.
La palabra compromiso es de izquierdas, a la derecha basta con votarla tres o cuatro veces cada década.
La mayor dificultad de votar progresista significa que por descarte o por defecto siempre saldrá ganadora la derecha.
O por Derecho Natural, como defenderían algunos conservadores.
La izquierda necesita un suplemento de lucha para ascender al poder, y también sufre adicionalmente para mantenerlo.
Lo único fácil para la izquierda es perder, le basta el mínimo error para precipitarse al vacío.
Si pensamos en las personas de izquierdas o de derechas como seres más o menos dispuestos a sacrificarse por sus ideas, entenderemos mejor la brecha ideológica.
Y nos enfadaremos menos.




