¿Hay que perder el miedo a volar?
La encargada de sacarnos a rastras de casa ha sido Margrethe Vestager, la vicepresidenta de la Comisión Europea con la que conviene que se familiaricen porque oirán hablar de ella

"La línea roja" de Matías Vallés (14/05/20)
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Palma
De tanto repetirnos que estamos protagonizando un encierro ejemplar, hemos llegado a la conclusión equivocada de que el confinamiento es nuestro estado natural.
Ante una pandemia, la rebelión es tan peligrosa como el conformismo.
Por fortuna, Bruselas ha venido a despertarnos de nuestro sopor.
La encargada de sacarnos a rastras de casa ha sido Margrethe Vestager, la vicepresidenta de la Comisión Europea con la que conviene que se familiaricen porque oirán hablar de ella.
En contra del Gobierno de Pedro Sánchez que cierra los cielos y ordena cuarentenas tan estériles como ilegales, Vestager ha dicho que hay que arremangarse y ponerse a trabajar.
Y a ganar dinero, porque a menudo parece que los empresarios se han quedado más amodorrados que los trabajadores.
En una decisión fundamental para Balears, la vicepresidenta Vestager ha dicho que la temporada turística no está perdida y que las fronteras deben abrirse progresivamente.
Nos recuerda que el confinamiento es la excepción y no la norma, en contra de Grande Marlaska. Así que podemos preguntarnos:
¿Hay que perder el miedo a volar?
Más nos vale, si no queremos enfrentarnos a la formidable vicepresidenta.




