Los familiares visitan a sus mayores tres meses después del cierre de las residencias

Madrid

Los ojos de Maite Valdecillo y de Beatriz Ruiz que se ven por encima de sus mascarillas se van humedeciendo cuando hablan de lo que acaban de vivir. Por fin han conseguido ver a sus respectivas madres a las que dejaron de poder visitar el pasado 8 de marzo en la residencia Ensanche de Vallecas, pública pero gestionada por la empresa Aralia. “Hemos entrado por un lateral de la residencia y nos hemos visto en un patio. Hemos estado media hora, guardando la distancia, no se la podía tocar. Yo me he emocionado mucho. Ella, yo creo, que se ha quedado un poco impactada, como que no entendía. Me decía ven, ven y no entendía que no se le podía tocar”, cuenta Beatriz tras visitar a su madre, Manuela, de 86 años.

Con el pase de la Comunidad de Madrid a la fase 2 se han abierto las visitas a los usuarios de residencias de mayores. Se permite una por residente, una vez a la semana, previa cita, tomando la temperatura, durante media hora, al aire libre en espacios del centro y siempre sin tocarse y con la mascarilla puesta.

Este lunes, tres meses después del cierre a las visitas de las residencias de mayores, ha tocado contarles lo que ha pasado todo este tiempo. Beatriz cuenta cómo se lo ha resumido a su madre: “Le he hecho un breve resumen de estos tres meses, que hemos estado dos meses sin salir, que ahora vamos saliendo poco a poco”. Pero también hay muchas ganas de que puedan ver a los más pequeños de la familia. “Es el deseo de ellas ver a sus nietos y a sus bisnietos, que es por quienes preguntan. Que eso les va a levantar mucho la moral”, explica Maite de su madre Teresa que tiene 93 años. Y a esas ganas le suman también una petición, que puedan sacarles un rato de los centros residenciales para darles un paseo.

También piensan en la plantilla de trabajadores y trabajadoras (es un sector muy feminizado) junto a quienes denunciaron al inicio de la crisis del coronavirus que les faltaban medidas de seguridad, que les faltaban EPI’s (equipos de protección individual).

Pero la visita les ha parecido agridulce porque ambas sienten que sus madres han tenido suerte porque enfermaron a mediados de abril cuando los hospitales estaban menos saturados. Beatriz concluye: “me acuerdo de la gente que no está y que lo ha pasado muy mal. Que se han ido por lo que ellos califican de un error cuando hablando de personas no puede haber errores”.

Y es que en la Comunidad de Madrid, según los últimos datos oficiales del pasado viernes 5 de junio, han fallecido 5.986 personas en residencias. El consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, reconoció la semana pasada en la Asamblea de Madrid que se envió por error un protocolo para que no se derivara a mayores a los hospitales.