Mujeres en el callejero de Córdoba: Infanta doña María

Córdoba

No son muchos los personajes de la historia que pueden presumir de haber nacido en el interior del Alcázar de los Reyes Cristianos. Este es el caso de la hija de los Reyes Católicos, la infanta doña María, a la que su madre dio a luz un 29 de junio de 1482, en plena temporada de guerras contra el reino de Granada. "Córdoba se convertía cada verano en la capital de facto de la corona de Castilla. Desde aquí los monarcas dirigían las operaciones de la guerra de Granada", nos explica nuestro historiador Manuel García Parody.

Córdoba celebró tan importante nacimiento con una corrida de toros, "posiblemente la primera que se organizó en la ciudad", según Parody. El bautizo de la infanta tendría lugar en el mes de julio, en la catedral cordobesa. Quedan para la leyenda las quejas de la reina Isabel quien en los últimos días del embarazo haría detener la noria del molino de la Albolafia porque el ruido que producía no la dejaba descansar.

La infanta doña María acabaría jugando un papel muy destacado en la política de alianzas de los Reyes Católicos, "verdaderos especialistas en la materia", según Parody. Tanto es así que nuestro historiador cree que "lo mejor hubiera sido llamarla reina doña Maria, porque fue reina de Portugal, madre de dos reyes y abuela de otro rey del país vecino y madre de una emperatriz".

Ya en el siglo XX, la ciudad de Córdoba dedicó a tan ilustre cordobesa una de las calles principales de uno de los barrios que marcaron la expansión de la ciudad hacia el oeste: Ciudad Jardín.

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Sus restos reposan, junto con los de su marido, el rey Manuel el Afortunado, en uno de los edificios más bellos de Portugal, el Monasterio de los Jerónimos de Lisboa.