Yuste amplía su visita
La parte del estanque, partes de los jardines y la visión de la fachada sur entre las novedades a descubrir
Plasencia
El Real Monasterio Jerónimo de Yuste no sólo es el último retiro del emperador Carlos V de Alemania y I de España, no sólo es real sitio, patrimonio europeo, sede la Academia Europea de Yuste, monasterio (que fue) de la orden Jerónima y (lo es) de la orden Paulina. El Monasterio de Yuste es uno de los paraísos de Extremadura, es el "Locus Amoenus" el lugar idílico donde la paz reina, los pájaros te reciben con sus trinos y el rumor del agua se lleva las preocupaciones mientras el sol de primavera calienta la piel sin llegar a quemarla.
Por ello, es todo lo anterior, porque entre Cuacos de Yuste y Garganta de la Olla se alza majestuoso en soledad, con los robles, nogales y castaños rodeando su perímetro y ocultándolo de la vista de los que viajan por su valle.
Un monasterio que es visitable como parte del Patrimonio Nacional y que hoy ha reabierto sus puertas a las visitas, pero además han ampliado esa posibilidad de visita incluyendo parte de los jardines del palacio de Carlos V, su estanque, el olivo de la paz sembrado en 2019 por el Rey Felipe VI, y la posibilidad de ver esa fachada sur del monasterio, la que siempre ha aparecido en las postales, en los libros de viajes del siglo de oro, la que hasta hoy ha permanecido oculta a las visitas.
La presidenta de Patrimonio Nacional, Llanos Castellanos, destacaba que es una de las vistas “más bellas” de los reales sitios, y que la intención no sólo es quedarse en ese pequeño jardín junto al palacio, sino que la intención es ampliar la parte visitable con los senderos que llevan a las ermitas que rodean el monasterio.
De esta manera, se complementa la visita al complejo del palacio y monasterio de Yuste, ya que además del turismo cultural se permite el paseo por la naturaleza exuberante de la zona.
Incluso el alcalde de Cuacos de Yuste, José María Hernández apuntaba la posibilidad de unir los senderos del recinto palaciego con algunos que se están recuperando por parte del municipio y de la Diputación Provincial de Cáceres.
La intención es que el monasterio de Yuste, el frescor de las comarcas del norte de Extremadura, las acciones culturales que se desarrollan en la región sean el atractivo para el turismo que necesita la región para reactivar su economía. La consejera del ramo ha anunciado que ya hay “algunos establecimientos que están llenos para la campaña de verano”, según Nuria Flores.
Todo un logro cuando todavía no se han abierto los límites autonómicos y a la espera de que este verano los pueblos, las casas de los abuelos, las fincas y las casas rurales sean el destino vacacional preferido por los españoles y permitan a la “España vaciada” paliar la situación económica que la pandemia ha dejado en las zonas rurales.
Poco podrían imaginar en 1415 los monjes jerónimos que “huyeron” de Plasencia donde residían en lo que hoy es el barrio de San Miguel, que unos años después el último gran emperador europeo moraría con ellos, y mucho menos que siglos después sus muros serían objeto de visita y asombro. Unos monjes que buscaron en los montes de la Vera la soledad que ya no tenían a orillas del Jerte ante el avance de la población y la cercanía de casas a su monasterio.
Pero todo cambia en 1556 cuando el gran emperador decide llevar sus cansados huesos de batallar por media Europa a un retiro como el que escribían los poetas clásicos (Teocrito, Oracio, Virgilio, Bocaccio) donde preparar su alma para encontrarse con el juez eterno, según la literatura de la época. De ahí que se construya anexo al monasterio del palacio de Carlos V, con su alcoba pegada a la iglesia a la que se abre una ventana por la que el emperador podía seguir los oficios sentado en su cama.