Los vecinos de la calle Ercilla, tranquilos tras la caída de parte de la fachada del portal del número 44

Bilbao

En la tarde-noche de este sábado se desplomó un trozo de la fachada del edificio del número 44 en la calle Ercilla. Un tramo de 15 metros, hecho de ladrillo y que dejó la calle llena de cascotes pero, afortunadamente sin heridos. En el día después, José Miguel Santamaría, propietario del vecino bar Scala, se muestra muy contento de que todo se haya quedado en un susto porque "podría haber muerto alguien".

Al poco del suceso los bomberos, la Ertzaintza y los servicios de limpieza dejaron todo impoluto y el domingo todo quedaba en una anécdota para vecinos y clientes curiosos que volvieron al bar como si nada hubiese pasado. Juantxo, cliente del bar, desayunaba "tranquilísimo" pese a que sólo 12 horas antes había ocurrido un suceso muy peligroso allí mismo.

Al parecer, el desprendimiento de la fachada podría deberse a una dilatación del material por el calor. Sin embargo, la labor de los bomberos debería ser suficiente para que no hubiese mayor problema fuera de tener que reponer ese recubrimiento de la fachada.