Guías turísticos: el teléfono ha dejado de sonar

Toledo

Hoy es el Día Mundial del Turismo, mascarón de proa de nuestra economía regional, fuertemente azotado por la pandemia y la crisis en todos los órdenes que lleva aparejada. Con todo, los datos de julio dejan el mayor número de pernoctaciones de la historia en alojamientos rurales, según la Dirección general. Vinieron a Castilla- La Mancha menos viajeros, un cinco por ciento menos, pero con estancias más largas.

No hay que irse lejos, es la motivación que ha movido el turismo por el miedo a la infección de Covid, pero los daños en el sector son numerosos y profundos.

La presidenta de la Asociación nacional de Guías Turísticos, en declaraciones a la SER, cifra en un 98% la caída de los servicios de estos profesionales. Dice Almudena Cencerrado  que la profesión está muy tocada y que necesita la ayuda pública para subsistir, mientras no haya confianza, la mayor cortapisa a la hora de viajar en todo el mundo.

Preguntada por el Casco histórico de una ciudad patrimonio como Toledo, no duda en afirmar que está muerto. Lo atribuye a una falta de planificación adecuada de la actividad en un recinto entregado al turismo, que de un crecimiento sin pausa ha pasado a frenarse en seco. 

Hasta el pasado mes de marzo cuando después de seis borradores y 23 reuniones  el Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha aprobó el decreto regulador de las profesiones turísticas y del inicio de actividad de las empresas de información turística de la región, la profesión andaba enfrascada en su enfrentamiento por esta norma. Fedeto anunció un recurso si se aprobaba.

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Los exámenes para nuevas habilitaciones, uno de los puntos más polémicos del decreto, iban a ser  en los próximos seis meses. Entonces llegó el nuevo coronavirus que lo cambió todo