La revolución de la "healthy fast food" llega a Cádiz
Mahalo Poké aterriza con una original y sabrosa propuesta que gira en torno a un plato típico hawaiano con una base de arroz, proteína y verduras
Jerez de la Frontera
Los habituales clientes del Salón Italiano de la calle Ancha, la heladería del centro de Cádiz de toda la vida, observan curiosos a los nuevos inquilinos que no hace todavía un mes han ocupado el pequeño local que hace esquina con San José. Entre helados de leche merengada y café cortado les llama la atención el trasiego de clientes de distinto perfil y de repartos a domicilio a todas horas. Se trata ni más ni menos que de una avanzadilla de la revolución de la healthy fast food, que ha llegado a la ciudad y a la provincia con el firme propósito de ir extendiéndose como una mancha de aceite.
Sano, rápido, barato y rico. En principio no hay quien de más. Intrigado, recorrí a pie los diez minutos largos que separan la Caleta de la plaza San Antonio. No hay mucho movimiento en las calles del centro, no tanto porque sean las nueve y media de la noche pasadas de un día entre semana como porque con la pandemia el personal es bastante reacio a salir ahora que el buen tiempo va dejando paso a noches un poco más frescas.
He estado hablando días atrás con Borja España, CEO de Mahalo Poké, una empresa andaluza que está presente ya tanto en la región como en otros puntos de España con casi una veintena de establecimientos. Mahalo es una palabra hawaiana que significa "gracias" y el Poké es una ensalada de pescado crudo que se sirve como plato principal o como aperitivo en la cocina de Hawai.
Aprovechando el creciente interés el personal por cuidarse y disfrutar a la vez, el modelo de negocio de Mahalo Poké y sus franquicias busca llegar al mayor número de clientes posible ofreciéndoles una comida buena, sana y económica. A imagen y semejanza de las grandes cadenas de fast food de pizzas o hamburguesas, pero con un producto más saludable y dirigido a toda la familia.
De entrada, la orgánica es muy similar. El local de Cádiz no dispone por el momento de mesas en la terraza. El cliente accede al establecimiento y se encuentra frente a una barra con una mesa fría con verduras, proteínas y salsas en la que puede ver todo lo que va a cosumir. A partir de ahi, puede dejarse aconsejar por el personal o elegir su propio bol. No hay por tanto servicio en mesa ni el trato de un restaurante.
La carta es muy didáctica. Todo gira en torno al Poké. Para adaptarse a los gustos de la clientela, se ha modificado la composición original y se ha añadido a la base de arroz y verduras proteínas cocidas, como gambas y pollo, y alternativas vegetarianas como el tofu. Porque Mahalo Poké no es un salad bar, y el Poké garantiza un plato completo y consistente con un alto valor nutricional.
En mi caso me dejo aconsejar por Amanda, la encargada. Me habla de dos tipos de boles: mediano y grande, a 8,90 y 10,90 respectivamente. Además del Mahalo Poké, que es el plato estrella, se pueden pedir hasta cuatro tipos distintos que a su vez pueden combinarse entre ellos: Teriyaki, Ceviche, Spicy, Verde y Wasamba.
De entrantes se puede optar por edamame (vainas de soja inmaduras hervidas con agua y sal y con alto valor nutritivo) en vaina o en hummus, wakame con sésamo y ensaladas de ka popo y aguacates o de salmón y mango. Todo acompañado por zumos naturales a 3 euros hechos a diario en el propio local. Los tienen de tres tipos: Naranja (zanahoria, manzana y naranja), rojo (naranja y fresa) y verde (pepino, manzana, piña, limón y jengibre). Hay también refrescos, cervezas, café, té, infusiones y coco frío.
En los postres se llevan la palma los Hua Bowls, con posibiidad de elegir una base, dos toppings y tres tipos de frutas. También sucumben a tentaciones como la tarta de Oreo, la tarta de queso, el pudin de plátano con galleta o el yogur con muesli y fruta.
Hay tres tipos de menús. El pequeño (12,90) con bebida, bol de Poké pequeño y postre. Grande (14,90) con bebida, bol de Poké grande y postre. Y para compartir (23,90), con entrante, dos poké bowl pequeños y dos bebidas.
En toda la carta lo único que tiene contacto con el fuego es el arroz a la hora de cocerlo y las proteínas que se sirven en frío ya cocidas.
Amanda me recomienda sin dudarlo el Mahalo Poké. Me lo sirve en un bol mediano, aunque bien podría valer para compartir entre dos personas. Es el clásico, con arroz de sushi, salmón, salsa Mahalo, pepino, edamame, alga wakame, sésamo y crujiente de tempura. A la vista es un plato que entra bien por los ojos por su colorido. Hay productos frescos, crujientes y están combinados con sentido. Por demás, variedad de texturas, matices y sabores aderezado con una salsa con un punto ácido y dulce al mismo tiempo. Bastante rico y agradable. No deja sensación alguna de pesadez y la combinación con el zumo natural verde en este caso, con un punto picante por el jengibre, es muy acertado.
Estoy empeñado en redondear una cena saludable y no sucumbo a la tentación de los dulces, pero me llama la atención una mousse de la exótica fruta del dragón, oro molido para los veganos. La sirven en un pequeño recipiente de plástico con ralladura de coco. Está dulce, pero no empalagosa. Otro descubrimiento.
A diferencia de otras propuestas de la denominada fast food, la oferta rica y saludable de Mahalo Poké permite abusar de ella. Ya lo hacen desde hace casi un mes profesionales que tiran del take away o del reparto a domicilio para comer rápido, bien y a buen precio. Lo dicho, la revolución de la fast food healthy no ha hecho más llegar a Cádiz, pero esto es sólo el comienzo.