Entre la confusión y las calles vacías: crónica del Madrid cerrado
Tras una primera noche de toque de queda sin grandes incidentes los vecinos se enfrentan con cierta confusión a una nueva ronda de cambios en la lucha contra la pandemia
Madrid
Calles partidas en dos y toque de queda en el Madrid de la pandemia. Las nuevas restricciones dictadas por la Comunidad el pasado viernes y apuntaladas por el estado de alarma en todo el país que ha decretado el Gobierno central son la foto de un lunes que en Radio Madrid nos ha llevado a varias de las zonas básicas de salud afectadas por las limitaciones al movimiento. Tras una primera noche de toque de queda sin grandes incidentes, los vecinos se enfrentan con cierta confusión a una nueva ronda de cambios en la lucha contra la pandemia.
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En Hoy por Hoy Madrid hemos escuchado a los habitantes de Chamberí que viven en el límite con el área de Guzmán el Bueno, zona de restricciones. Allí la calle Conde Duque, en la capital, ha quedado dividida en dos orillas separadas. De un lado, lo que se permite, y del otro, lo que no.
La estampa cotidiana queda recorrida por la extrañeza y el ir y venir de los vecinos, que cruzan el paso de peatones, en la mayor parte de los casos, desconociendo que incumplen las normas, aunque respeten los semáforos. Con la frutería de un costado, la panadería del otro, una mujer hace la compra de la mañana pasando de un lado a otro de la frontera de la legalidad. "Creía que era toda la calle lo que estaba confinado", explica ella.
Un policía de uniforme cruza comprar el pan y el panadero explica que, en realidad, poco ha cambiado. "Hemos hecho la misma producción que un día normal y hasta ahora está siendo exactamente igual que otros lunes", porque, señala, "el 90% de las personas que han venido hoy, lo han hecho, digamos, de forma ilegal. La mayor parte no sabe cuál es el límite".
"Venía a comprar material para la Universidad. No sabía que al cruzar la calle saliera de los límites del área sanitaria", se excusa una joven. Sorprendida, manifiesta su escepticismo respecto a la medida. "No le veo mucho sentido porque no creo que el virus esté en las áreas pares y no en las impares".
Son 32 las zonas básicas de salud de 12 municipios que desde este lunes viven bajo la nueva normativa. Otra de ellas está en Majadahonda. Allí la incidencia superó días atrás los 800 casos por cada 100.000 habitantes, muy por encima del criterio de 500 casos que fijó la Comunidad y aún más lejos de los 50 casos por 100.000 habitantes que marca para la Unión Europea para considerar una región de riesgo.
La Gran Vía de Majadahonda era este lunes, en contraste con la capital, una arteria vacía. "Se nota un bajón terrible de ayer a hoy", comenta una de las propietarias de un bar, que cree que las medidas debían haberse adoptado antes para evitar lo peor. La gente debe colaborar, recalca, "porque se han visto muchos botellones aquí".
Los controles policiales funcionan este lunes allí como fuente de información y barrera de disuasión, pero sin apenas sancionar. Recuerdan a los vecinos la conveniencia de quedarse en casa, de cumplir la ley y les indican cómo deben hacerlo cuando se aproximan al límite de las zona restringida. "La Comunidad toma sus decisiones basándose en criterios técnicos y de momento están funcionando bien", sostiene José Luis Álvarez Ustarroz, alcalde de Majadahonda. "Si a Majadahonda le ha tocado, tenemos que cumplir", añade mientras asegura que las cosas están funcionando con bastante normalidad y que confía en salir cuanto antes de esta situación.
En El Boalo, Cercedilla y Mataelpino, localidades todas ellas con menos de 8.000 habitantes, el regidor no encuentra esa estampa de normalidad. En su caso, indica, ha sido la falta de recursos sanitarios la que les ha conducido a una alta incidencia de la enfermedad. "En un municipio tan pequeño como el nuestro se puede hacer un buen cribado de contacto y rastreo para tener el virus acotado y que no haya riesgo de transmisión comunitaria", pero ese trabajo, sostiene el alcalde Javier de los Nietos, no se está haciendo.
"El centro de salud está en una situación pésima. Desde el 15 de agosto no hay consulta médica en el núcleo de Mataelpino", protesta, y añade que faltan cuatro sanitarios en el área básica de Manzanares El Real. "La barrera primera, que es la atención primaria, está saturada", insiste el alcalde.
En Collado Villalba, los vecinos comienzan a recibir los mensajes para citarles para las pruebas de antígenos que realiza estos días la Comunidad allí. "Aunque no reciban un SMS, están convocados a las pruebas todos los miembros de la misma familia cuyo familiar haya recibido el mensaje. Si tiene tres hijos y solo uno lo ha recibido, pueden ir los hijos y los padres", ha explicado Mariola Vargas, la alcaldesa, en Hoy por Hoy Madrid.