El clan de los Anneo, de Séneca a Lucano

Córdoba

El historiador Manuel García Parody nos ha acercado en esta sección al clan de los Anneo. Su origen está en el llamado Séneca el Viejo, nacido en la Colonia Patricia a mediados del siglo I a. C. y que marchó a estudiar a Roma tras las guerras civiles de finales del período republicano. En Roma, donde tuvo relación con los filósofos estoicos, se casó con Helvia, una mujer de ilustre familia nacida en Urgavo, la actual localidad jiennense de Arjona. Tuvieron tres hijos, todos nacidos en Corduba: el mayor, Anneo Novato, fue senador; el segundo fue Lucio Anneo Séneca y el tercero,  Marco Anneo Mela, es conocido como el padre de otro gran poeta hispano romano: Lucano.

Lucio Anneo Séneca, que nació en Córdoba, llegó a Roma siendo un niño. Bajo el mandato de Claudio y su esposa Mesalina pasó momentos difíciles que le valieron el destierro a Córcega durante cuatro años, pero su estrella empezó a brillar de nuevo y con gran fuerza en el reinado de Nerón, de quien había sido preceptor. Su carrera política le permitió acceder al consulado en el año 59 y acaparar una gran fortuna. Rompió con Nerón en el año 62. Entonces se retiró de la Corte y se dedicó a meditar, leer y escribir sus obras. En el 65 fue acusado sin pruebas de conspirar contra el emperador por lo que fue condenado a muerte. Para no sufrir la humillación de morir a manos de un verdugo se le permitió que se quitara la vida por sí mismo, lo que hizo abriéndose las venas con una dignidad y entereza ejemplares.

Lucio Anneo Séneca es una de las figuras cumbres de la filosofía de todos los tiempos. Encuadrado en el pensamiento estoico escribió doce obras denominadas Diálogos Morales y Consolaciones.

En la plaza que lleva su nombre algunas fuentes sitúan la casa en la que vivió en la Córdoba romana.

Su sobrino Marco Anneo Lucano, escribió uno de los más famosos poemas épicos de la literatura romana, La Farsalia, estructurada en diez libros. En ellos se narra la guerra entre César y Pompeyo y se hace un canto a las virtudes republicanas personificadas en el segundo.

Lucano recibió la condena a muerte por decisión del Nerón, que sintió celos de su arte. Y tuvo el mismo final que Séneca cuando solo tenía 26 años. Con él Roma perdió a uno de sus más brillantes poetas.