El baile solidario
La opinión de Marta Cantero
Las Palmas de Gran Canaria
Todas las sociedades que reciben flujos masivos de desplazados reaccionan igual. Y Canarias no iba a ser menos.
Vivimos con sobresalto la llegada de 20.000 inmigrantes en lo que va de año. Un desafío sin duda difícil y que, encima, no se ha sabido gestionar en absoluto. Y de esos barros, estos lodos.
En la calle y en las redes sociales se reproducen manifestaciones y vídeos en contra de personas desplazadas, que tratan de cruzar el mar que les separa de un mundo pobre o otro rico. Aunque aquí, como sabemos, la riqueza es algo relativo. Demasiado concentrada, en cualquier caso. Nada democratizada.
La presencia de inmigrantes en los hoteles ha venido a complicar aún más la situación. Dando argumentos a quienes alimentan la discordia. Y por primera vez en Canarias hemos visto reacciones más o menos virulentas de rechazo. Aunque también emotivas muestras de solidaridad.
Conviene, eso sí, extremar las precauciones. Y evitar cualquier error de bulto como el baile solidario entre inmigrantes y miembros de Cruz Roja a las puertas de un hotel. Por muy malévola que haya sido la intención de quienes grabaron y difundieron esas imágenes, no está el horno para esos bollos. Sobre todo si se produce en entornos de parálisis económica y miedo laboral, que es en lo que se han convertido los sures turísticos de Canarias.