Armengol da un toque
Hoy ni siquiera se necesita ser pesimista para dar las Navidades por perdidas

"La línea roja" de Matías Vallés (10/12/20)
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Palma
Empezando por la verdad general, se entenderá mejor la particular.
El mundo no sabe cómo tratar con el coronavirus, el bicho se desentiende del amontonamiento de restricciones y siempre encuentra un resquicio por donde colarse.
Si esto es cierto en todo el planeta, con más razón en Balears.
Nos las prometíamos muy felices por nuestros datos comparados con el resto de España en noviembre, pero volvemos a ser la comunidad estancada en un mapa de mejoría generalizada.
El comportamiento más preocupante lo presenta Mallorca, donde puede hablarse de un empeoramiento a todos los efectos.
De ahí la intervención ayer de una alarmada Francina Armengol.
Cuando Sánchez decretó un toque de queda de extremos móviles, Armengol lo retrasó de las once a las doce, en la medida más inteligente de su mandato.
Ahora, el Govern adelanta el reloj a las diez, promulgando de hecho un confinamiento hasta el día 21.
Armengol da un toque, y el límite colocado al borde de las festividades navideñas desea transmitir un hálito de esperanza, pero hoy ni siquiera se necesita ser pesimista para dar las Navidades por perdidas.




