El entusiasmo de María Dolores con 80 años a favor de la vacuna

Tenerife

 El entusiasmo de María Dolores a sus ochenta años con la vacuna contra el Covid-19 resulta contagioso. "Me llamo María Dolores, tengo ochenta años y si hace falta gente para probar la vacuna yo me apunto. No quiero tener la mascarilla toda la vida, así que a ponerse la vacuna", sentencia en los micrófonos de Hoy por Hoy Tenerife. "Tengo problemas de respiración y lo paso muy mal con la mascarilla, no quiero estar toda la vida con ella, así que ánimo y a ponérsela", explica. 

Unos 2,5 millones de personas serán vacunados en la primera etapa de la campaña de vacunación contra la COVID en España, y los primeros en recibir el fármaco serán los residentes y el personal sanitario y sociosanitario de residencias de mayores y grandes dependientes "más vulnerables" y todos los que trabajen en ellos. La vacuna contra el coronavirus va a ser voluntaria, si bien se van a registrar, en el Registro de Vacunación, a las personas que se nieguen a ponérsela.

María Dolores forma parte del cuarenta por ciento de la población que estaría dispuesta a vacunarse inmediatamente, sin embargo, existe un 28% de la población que no está dispuesta a hacerlo. "Lo estaba hablando con una amiga el otro día, si hacen falta voluntarias para ponérsela yo me apunto", afirma María Dolores, cordobesa pero con familia tinerfeña. Una de sus hijas murió de Covid en septiembre, por eso su entusiasmo resulta doblemente admirable.  

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María Dolores es una superviviente y ha visto de todo. Se quedó huérfana de madre a los ocho años, dejó el colegio para ser ama de casa y cuidar de sus hermanos pequeños, que eran cuatro. Ha trabajado en un kiosco de prensa hasta que se jubiló. El confinamiento la pilló "preparada" porque vive sola desde hace diez años por decisión propia.

Hace unos años sufrió un trombo y perdió capacidad de respiración, por lo que lo pasa muy mal con la mascarilla. En los últimos tres meses solo ha salido dos veces a la calle porque prefiere esperar a que le pongan la vacuna. "No tengo miedo a la muerte pero tampoco tengo ganas de morirme", afirma, porque tiene nietos y bisnietos de los que disfrutar, además de una enorme vitalidad. Ojalá durante muchos años.