Los que te tratan como tonto

Las Palmas de Gran Canaria

Hay una sensación que a nadie le gusta sentir y es la de que te tomen por tonto . Es muy desagradable cuando te das cuenta de que te han tomado el pelo. Y lamento decirles que muchos hoy se sentirán así por el tema central y más habitual de estas Navidades: la delincuencia provocada por los migrantes.

Hemos visto vídeos, testimonios y lamentos causados por el supuesto daño que han provocado los llegados en patera o, al final ya, hasta por cualquiera que tuviera la piel un poco más oscura del canario medio. Y la cosa es que sí, se han registrado incidentes protagonizados por algunos migrantes. Robos, hurtos, agresiones... pero no, ni de lejos ha sido una oleada de delincuencia, como nos han intentado vender, sino hechos aislados. Y esto no te lo dirán por whatsapp, ni lo verán en el su muro de Facebook, ni te lo contará el hermano de tu cuñado. Estos son datos, las cifras oficiales de delincuencia que, por fin, conocíamos este jueves. Desde el 1 de noviembre y hasta el 20 de enero, las infracciones cometidas en Canarias por los migrantes llegados de manera irregular sólo el representa el 1,1%. De los 10.600 delitos registrados por la Policía Nacional los migrantes han sido los causantes de 122.

A algunos les costará creérselo porque lo que han visto en sus móviles y les han contado gente de confianza no corresponde con la realidad. Pero es así. Y con esto no se justifica la inmigración irregular pero no hay que demonizar al diferente llegado en cayuco o en patera, no es ni humano y, con estos datos, vemos que tampoco es justo. Con estas cifras tampoco se puede entender la gestión de esta crisis que han hecho y están haciendo en las Islas el Gobierno central y la Unión Europea, que ha sido pésima y que muy probablemente creará muchos problemas. Pero la realidad es la realidad y los datos, actuales, desmienten esos mensajes que algunos han creado, que son bulos. Muchos no se lo creerán, y está muy bien dudar y cuestionarse hasta los datos oficiales, a veces también nos engañan los que dan esas cifras. Lo triste es que sí se creen a pie juntillas lo que leen en un whatsapp, anónimo, reenviado mil veces sin saber quién lo escribió. Y así es normal, que algunos se sientan con el poder de tratarnos como si fuéramos tontos.