La prevalencia de la cepa británica en Euskadi se multiplica por 14 en apenas siete días: ya es de un 16,8%

Bilbao

El plan Bizi Berri III presentado este viernes por el Gobierno vasco recoge unos datos bastante preocupantes sobre el avance de la cepa británica en Euskadi. Según los datos recopilados por el Departamento de Salud y recogidos en este nuevo plan de desescalada, la variante británica de la COVID-19 ya representa el 16,8% de los casos detectados en Euskadi durante la semana pasada.

Una cifra que desborda por completo las previsiones iniciales realizadas por el Gobierno vasco. Según lo afirmado por Koldo Cambra, la previsión que manejaba el Departamento de Salud apuntaba a que, "sin tener por qué ser similar", en otros sitios se había alcanzado un 10% de los casos en cuatro semanas, por lo que esa podía ser la proporción a finales de febrero.

Sin embargo, la realidad ha superado de largo esas expectativas. Según los datos publicados este viernes en el plan Bizi Berri III la variante británica ha pasado del 1,2% que representaba el 29 de enero a un 16,8% el pasado 7 de febrero. En una semana, la prevalencia de esta nueva variante de la COVID-19 se ha multiplicado por 14 en el conjunto de los positivos por coronavirus.

Mayores de 70, vacunados para junio

El documento también hace previsiones sobre en qué fase podría estar la vacunación cuando el plan Bizi Berri III caduque y entre en juego la cuarta estrategia vasca para combatir la pandemia. Para cuando llegue ese momento, en junio, el Gobierno vasco "aplicando un criterio de prudencia conservadora en las previsiones", contempla que estén vacunados "los mayores de 70 años, además de los sanitarios, los colectivos más vulnerables y los colectivos esenciales".

Según lo recogido en el plan Bizi Berri III, "esta predicción permite suponer que el indicador de gravedad –que viene esencialmente determinado por el riesgo de afección en el sistema hospitalario y, especialmente, en la ocupación de las camas UCI– pueda verse aliviado".

Estas dos variables, vacunas y variantes de la COVID-19, son las que hacen que el Gobierno vasco trabaje en esta nueva estrategia de lucha contra el virus sobre dos hipótesis completamente opuestas: que la eficacia de las vacunas permitan entrar en un periodo de incidencias más bajas o que las nuevas variantes conduzcan a un aumento de los contagios por coronavirus.