El descanso que la pandemia roba a los sanitarios
Un estudio del Hospital 12 de Octubre sostiene que los profesionales del ámbito de la salud sufrieron más problemas relacionados con el sueño que el resto de la sociedad durante la primera ola de la pandemia
Madrid
La covid-19 se ha convertido en la peor pesadilla de los profesionales de la salud que han enfrentado la pandemia en plantas hospitalarias y Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) día tras día. Pero también noche tras noche. Insomnio, desvelos, o sueños recurrentes son algunos de los trastornos que han acechado a los sanitarios en la primera ola del coronavirus, según un estudio del Hospital Universitario 12 de Octubre que sostiene que alrededor del 60 % sufrieron algún trastorno relacionado con el sueño.
Alejandro Herrero, neurólogo del Hospital 12 de Octubre, forma parte del equipo que ha elaborado el estudio. La idea de investigar el descanso nocturno entre los sanitarios surge a través de varias quejas de los compañeros, tal y como reconoce el propio Herrero, que también experimentó trastornos del sueño durante las primeras semanas de pandemia. "Al final pudimos comprobar que los trabajadores que estuvieron en la primera línea eran más propensos a desarrollar problemas como pesadillas, despertares precoces o confusos; todo ello debido a los elevados niveles de estrés sufridos", asegura.
Entre los colectivos más afectados, reconoce Herrero, se encuentra el de las enfermeras, debido a su "especial exposición". Cristina Landa forma parte de este colectivo, en el que, según el Consejo Internacional de Enfermeras, ocho de cada diez profesionales han manifestado ansiedad o agotamiento por la pandemia. "Es desesperante llegar a casa y no poder dormir. Lo peor es que sucede con frecuencia. Nos preocupamos mucho por nuestros pacientes, por cómo se encontrarán, por qué les ocurrirá cuando nos vayamos a casa", dice Landa.
Los factores estresores actúan como un resorte que activa estados de hiperalerta, según reconoce Herrero, que fomentan los trastornos relacionados con el sueño; algo que le ha sucedido a Landa. "En una ocasión tuvimos que avisar a la familia de un enfermo de que iba a fallecer. Al dejar entrar a su hijo para que se despidiera -bajo estrictos protocolos sanitarios-, observamos una mejoría en el paciente. No obstante, de regreso a casa, me comunicaron que el ingresado acababa de fallecer. Esa noche no pegué ojo. Lloré mucho. Es inevitable pensar que has estado presente en las últimas horas de un paciente. Son personas, al fin y al cabo, y es doloroso verles morir", asegura.
Ese tipo de experiencias han provocado en Landa pesadillas recurrentes en las que sueña con pacientes que fallecen, empeoramientos súbitos o situaciones de urgencia durante el turno. "Me he despertado muchos días con angustia. La situación no es como la cuentan algunos: no se trata de cifras, sino de personas. Cuando piensas que cualquier día puede sucederle a alguien de tu familia, cambia tu perspectiva", dice la enfermera.
Las vivencias de Landa en el hospital son similares a las de Claudia, compañera de profesión, que desde el inicio de la pandemia ha tenido que enfrentarse a la cara más cruda del virus: en una UCI específica de covid-19. "Al principio de la pandemia no tenía tiempo de nada. Trabajaba y dormía, únicamente", asegura.
Claudia es empleada rotatoria en su unidad, de manera que los turnos varían en función de las necesidades de la plantilla; factor que, según el estudio del Hospital 12 de Octubre, agrava los problemas de sueño. "Hoy en día sigo mirando el reloj muchas noches: doce, doce y media, una, una y media... y, aunque termine por dormirme, no es un sueño reparador", explica.
El 30 % de los profesionales sanitarios sufrieron despertares precoces, según el estudio del 12 de Octubre, algo que le ha ocurrido en varias ocasiones a Claudia. "Me he llegado a levantar antes de mi hora, pensando que llegaba tarde al hospital o que había alguna emergencia", dice.
Aunque la crudeza de la pandemia haya llevado a que seis de cada diez sanitarios hayan sufrido algún tipo de insomnio o parasomnia -despertares breves durante el sueño- de manera puntual, la realidad es que, de mantenerse en el tiempo, pueden convertirse en crónicos, según Herrero.
Sin embargo, lo que más preocupa a profesionales como Claudia no es la cronificación de estos problemas, sino el agotamiento general que padecen por la pandemia. "Estamos agotados. Por todo. Es una historia que no para de repetirse. Necesitamos que esto acabe, pero no vemos el fin. Es desesperante trabajar durante un año de manera constante y que las cifras se mantengan tan elevadas", sella indignada.
Agustín Rodríguez-Sahagún
Graduado en Derecho por la Universidad Pontificia de Comillas. Máster de Periodismo UAM-El País. Redactor...