41.400 parados más, una de las facturas de la pandemia

Alicante

Una de las facturas de la pandemia -y podría haber sido peor- la recibimos ayer. En concreto, 41.400 parados más. Es el coste laboral en la provincia de Alicante de la COVID-19. Y como digo, la cosa podría haber sido bastante peor si no es por los ERTE que siguen en vigor.

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Ante lo cual, el secretario autonómico de Empleo, Enric Nomdedeu, reconocía que las cifras son negativas, causadas principalmente por el sector servicios o turístico. Hablaba de ayudar a las empresas y de repensar el modelo económico, buscando la resiliencia. Y para ello, confiaba en los fondos europeos.

Está claro que esa es la alternativa a medio plazo -vamos a ser optimistas-, pero a corto plazo los malos datos no nos pueden hacer olvidar la precariedad laboral e incluso, la economía sumergida, que está agudizando la desprotección de muchos trabajadores, alguno de los cuales lleva un año sin trabajar.

Los socialistas en Les Corts propusieron a principio de año la creación de un Observatorio del Trabajo Decente. Y es que con trabajos decentes, ahora, tendríamos colas del hambre más cortas y mejores pensiones al final de las vidas laborales.