Al verano se le ha puesto cara de invierno

Palma

Balears acabó la temporada de 2019 con un sobresalto fenomenal.

Se derrumbó Thomas Cook, con lo que cojeaba el poderoso flanco británico de la industria turística.

Las reacciones dramáticas estuvieron a la altura del acontecimiento, pero pasó el primer invierno de 2020 y en marzo de ese año que es el pasado, Thomas Cook no alcanzaba ni el nivel de incidente.

Porque había llegado en plenitud el coronavirus.

Se habló de un verano a medias, pero fue un segundo invierno porque la temporada de 2020 no existió, tras el cierre de los mercados alemán y británico.

El tercer invierno en que hemos estado técnicamente hasta la semana pasada fue recorrido con las esperanzas depositadas en la temporada de la recuperación.

Hoy mismo, al verano de 2021 se le ha puesto cara de invierno, una perspectiva más que sombría porque significaría además que se han enlazado cuatro inviernos consecutivos.

Y dado que la sucesión de las estaciones es más fiable que el turismo o la epidemiología, más adelante vendrá el invierno de 2021, el quinto consecutivo.

Ahora solo falta que ustedes hagan sus apuestas para el verano del año que viene, 2022.