El despertar del Hombre de Loizu: "Debía de ser como un rey para los suyos"

Pamplona

Una especie de resurrección se puede decir que en esta primavera ha vivido un ser prehistórico, uno de los hombres y mujeres que debieron de habitar diseminados por los bosques de aquel territorio que, miles de años después de agotar sus existencias, se llamó Navarra. ¿Cómo se expresarían hace doce mil años? ¿Cómo harían frente a la supervivencia? ¿Tenían algún tipo de creencias? ¿Emplearían un lenguaje verbal más o menos desarrollado? Interrogantes que hoy nos hacemos sobre el hombre de Loizu, que se ha convertido ya en un personaje de la prehistoria de Navarra cuando aún -podemos intuir- queda mucho por saber, mucho por descubrir de aquellos restos que, al parecer, fueron depositados en las profundidades más inaccesibles de una cueva en el valle de Erro, con la esperanza de que aquel cuerpo viajara por la eternidad. Pero 11.700 años después...ese sueño oculto de alguna forma ha terminado. Proponemos un viaje a los concejos de Loizu y Aintzioa de la mano de un espeleólogo, Óscar Sicilia, que ha estado en primera línea de este hallazgo y de su rescate.

El hombre de Loizu ha salido a la luz desde el interior de la cueva Errotalde y quizá dentro de un año, su esqueleto, en un gran estado de conservación, será expuesto, puede que en el Museo de Navarra. Es un hallazgo excepcional que ha generado una enorme curiosidad y muchas preguntas sobre quién fue ese hombre de Loizu, al parecer un varón de unos 18 o 20 años, que presentaba un golpe por un proyectil de piedra en la cabeza, quizá una lanzada, un golpe con una piedra puntiaguda... Una muerte violenta que debió de doler mucho en su comunidad o tribu o a sus semejantes más próximos, que se molestaron en situar el cuerpo en un lugar inaccesible, a una gran profundidad... hasta que casi 12.000 años después, cuando ese cuerpo ha salido a la luz.

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Nos proponemos conocer más sobre esa cueva, su entorno natural o las circunstancias del hallazgo; recordemos que el esqueleto fue encontrado hace tres años, pero solo ahora ha sido extraído del interior. Nos marchamos a los concejos de Loizu y Aintzioa en el valle de Erro, y a la entrada de la cueva Errotalde I, con Oscar Sicilia, espeleólogo del grupo Sakon, de Noain, que son los protagonistas muy vivos de este relato en torno a un hombre que vivió y murió en la Prehistoria, el hombre de Loizu.

Escuchamos en la plaza de Aintzioa y en la sociedad del pueblo a Denis Goiena, presidenta del concejo, y a su tío Alfredo Iturri, que entró en la cueva en 2017 cuando se descubrió el esqueleto. Explica que aquel joven fallecido violentamente “debió de ser como un rey para sus seres más cercanos” por la forma y el lugar donde fueron depositados sus restos mortales.