2014: Cuando el balón empezó a rodar para traer la Eurocopa a Bilbao
El itinerario cronológico desde que el fallecido alcalde Azkuna apostó por convertir a la capital bizkaina como sede de la Eurocopa
Bilbao
El viernes 19 de septiembre de 2014 la UEFA decidió que Bilbao iba a ser una de las 13 sedes que iba a acoger la fase final de la itinerante Eurocopa de 2020. La ciudad había llegado al final del camino tras descartarse previamente las candidaturas de La Peineta (Madrid) y Cornellà-El Prat (Barcelona). Hacia tan solo un año que se había inaugurado el nuevo estadio de San Mames, y con un campo así, moderno, y que cumplía todas las normativas exigidas, parecía claro que esta sede tenia algunas ventajas sobre otras.
Un año antes, en noviembre de 2013, Michel Platini, presidente de la UEFA visitó el campo, aun sin terminar, aprovechando la reunión en Bilbao del comité ejecutivo del organismo europeo. Se llevó una buena impresión.
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A nivel político, los equipos de Gobierno foral y municipal, ambos del PNV, no parecían estar muy de acuerdo con la idea de Bilbao sede Eurocopa 2020. Iñaki Azkuna, alcalde de Bilbao en aquella etapa se mostraba encantado con la idea. Por el contrario, el diputado general de Bizkaia, Jose Luis Bilbao realizo algunas declaraciones posicionándose claramente en contra de que la selección española jugara aquí. El Gobierno Vasco si que apoyo esta idea, pero con la boca pequeña. Se estimaba en 40 millones el impacto económico para la ciudad, sin contar el social. Era un tren que no se podía escapar.
La selección española volvería a San Mames 53 años después de aquel partido frente a Turquía, clasificatoria para la Eurocopa de 1968.
El bilbaíno y exjugador del Athletic, Angel Maria Villar, presidia la Real Federación española de futbol, y también apoyaba firmemente la candidatura de Bilbao. Todo parecía estar encarrilado como así fue.
Con la llegada de los nuevos gobernantes políticos de Bilbao y Bizkaia, Juan Mari Aburto y Unai Rementeria, al frente de ayuntamiento y Diputación respectivamente, toda la maquinaria se puso en marcha. Hoteles, restaurantes y un amplio espectro social remaban a favor. Sin obviar un sector de población que siempre ha mirado con el ceño fruncido la llegada del equipo de Luis Enrique.
Pero llegó marzo de 2020 y la pandemia que trastocó todo. La Eurocopa se aplazó hasta este 2021 en el que nos encontramos. Ahora tocaba decidir si se jugaba con público o sin él. Y las exigencias sanitarias del Gobierno Vasco, chocaban con las de la Federación española de futbol presidida por Luis Rubiales, que al parecer ya ha buscado recambio. La Cartuja de Sevilla.
Mientras, el ayuntamiento de Bilbao no cambiaba su discurso y estaba convencido, o eso decía, que la Villa iba a ser ratificada como sede. Su alcalde Juan Mari Aburto realizaba estas declaraciones.
Aburto, alcalde de Bilbao, sobre la Eurocopa
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No lo tenían tan claro en la Diputación foral de Bizkaia, que hace muy pocos días ya le mandaba un recado al consistorio bilbaíno, diciendo que, si finalmente no se juegan esos partidos, el dinero invertido por la institución foral, 750.000 euros, debería ser devuelto. El total asciende a 5 millones y medio, 2 aportaba el ayuntamiento, 2 la UEFA y otros 750.000 el Gobierno vasco.
Y así nos encontramos a fecha de hoy, a falta de la confirmación oficial el próximo lunes, de que Bilbao se queda sin los partidos de la selección española de futbol en San Mames.