Otro clavo para el ataúd de la CAM
La Columna de Carlos Arcaya: «Otro clavo para el ataúd de la CAM»
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Alicante
Aunque se rebajan las penas a los culpables, el Supremo condena a la cúpula de la CAM por las dietas que cobró irregularmente el presidente de la entidad, Modesto Crespo.
El ponente, el magistrado Vicente Magro, es contundente al afirmar que «se articuló una artimaña de ingeniería societaria para burlar la clara prohibición estatutaria y cobrar un dinero en contraprestación a una labor meramente representativa que era, por definición, gratuita y honorífica».
En julio de 2019 el Supremo también reconoció que se habían falseado las cuentas de la entidad.
Estas sentencias son importantes para que haya una verdad judicial que apuntale los excesos con los que se gestionó la centenaria entidad en su etapa final. Su importancia radica en que es otro de los clavos que se le van a poner al ataúd de la entidad, que terminó siendo malvendida al Sabadell y cuyo desmoronamiento no fue por una gestión arriesgada o por la crisis financiera.
La CAM, hay que recordarlo, se generó gracias a los ahorros y al trabajo de los alicantinos, fue un patrimonio sentimental de la provincia y, por ello, es necesario que en el capítulo final del largo relato se recojan todos estos desatinos. En las lápidas hay que poner la verdad.
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