La Audiencia deja en libertad a una de las acusadas de intentar quemar una furgoneta de la Guardia Urbana
Tras dos meses en prisión, el tribunal deja en libertad a la única española del grupo por arraigo familiar
Hay otros seis anarquistas italianos encarcelados a la espera de decisión judicial
Barcelona
La Audiencia de Barcelona ha dejado en libertad a María, la única española de los ocho jóvenes detenidos a finales de febrero, acusados de manifestación ilícita, además de organización criminal y tentativa de homicidio al intentar quemar una furgoneta de la Guardia Urbana con un agente dentro. Según un auto que ha avanzado la SER, la Audiencia estima el recurso de la joven de 20 años, residente en un municipio del Vallés, y la deja en libertad al entender que no existe riesgo de fuga ni de reiteración delictiva.
La joven tendrá que comparecer cada lunes ante el juzgado y tiene prohibido salir del territorio nacional. Tras dos meses encarcelada, en Brians 1, la Audiencia levanta su encarcelamiento al entender que está muy arraigada a su familia: "No es el hecho de ser española el que hace tener este fuerte arraigo sino el hecho de que toda su estructura familiar, social, económica o de estudios se encuentra en España", escribe la sala, que apunta, que la joven vive con sus padres, cursa un ciclo formativo superior i no tiene una "estructura económica" independiente para fugarse. El tribunal tampoco aprecia riesgo de reiteración delictiva: "hoy entendemos que ya no existe ese riesgo porque las protestas han finalizado, la ciudad ha recuperado la tranquilidad y nada hace sospechar que vuelvan a repetirse".
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Es la única de los siete encarcelados que ha recibido, por ahora, respuesta de la Audiencia al recurso que plantearon las defensas. En la cárcel seguirán, de momento, otros seis anarquistas. Cinco italianos, que vivían en dos casas okupas de Mataró y Canet de Mar, y una joven francesa. Hace unas semanas, el juzgado de instrucción dejó también en libertad a una joven de 35 años italiana, incialmente acusada de lanzar líquido inflamable al vehículo policial, puesto que su defensa demostró mediante una pericial biométrica que ella no era la que aparecía en las imágenes.
Rociar la puerta de la furgoneta: ¿tentativa de homicidio?
Según los abogados de los detenidos, no existió en ningún momento ningún riesgo para el agente que se encontraba dentro de la furgoneta, ante la comisaría de la Rambla. No solo porque resultó ileso, y la llamarada se consumió al instante, sino porque la inspección ocular realizada con todas las partes demostró que el interior del vehículo estaba en perfecto estado. Los abogados aseguran que, a lo sumo, la acción puede constituir un delito de daños. Sin embargo, en la declaración que hizo el agente, aseguró que "temió por su vida".
La Audiencia no da la razón a las defensas. En el auto al que ha tenido acceso la SER, el tribunal escribe: "lo que querían las personas que estaban asediando el vehículo no lo sabemos, lo que sí podemos inferir es que necesariamente se tuvieron que imaginar que el prender fuego a un vehículo, que por definición lleva gasolina o gasoil, existe la posibilidad de que se queme; y si hay una persona dentro existe la posibilidad de que se queme". Un razonamiento que abre la puerta, al menos, a considerar el dolo eventual.
La banda del "Chihuahua"
La sala califica los hechos de las últimas semanas de febreror como vandalismo. "Las protestas que se iniciaron, si bien en un primer momento pudieron estar amparadas por el derecho de reunión y manifestación, podemos afirmar sin equívocos que los episodios que se vivieron tras las manifestaciones pacíficas no pueden entenderse amparados en derecho de reunión o manifestación alguno", escriben.
Desde la segunda noche de disturbios, los Mossos de Esquadra se infiltraron en binomios en la manifestación con el fin de encontrar quiénes eran los agitadores que provocaban altercados o destrozos. Según el tribunal, prestaron especial atención a los grupos italianos "porque ya habían visto actuar en ocasiones anteriores a ciudadanos italianos". Según el atestado de la policia, identificaron un grupo italiano de 15 persones que iban "perfectamente coordinadas con dos cabecillas que comenzaron a realizar daños, en concreto comenzaron por un cajero en el que unos rompían y otros vigilaban", aunque admiten que la persona que quemó una entidad bancaria era un joven que hablaba catalán al que no lograron seguir.
Según los Mossos, tras los primeros disturbios el grupo se divide. Las chicas cortan los cables de luz de las farolas y los chicos rompen cajeros. Después ellos rompen los cristales de la entrada de un hotel, y ellas vigilan". Y todos se reagrupan cuando escuchan la palabra clave: Chihuahua. ¿Y en todo este lío, donde sitúan a María? Según el atestado, los Mossos la localizan tirando una mochila a la basura. En el interior de esa mochila había dos botellas de pintura roja, 20 pastillas inflamables y disolvente.