De la GastroFábrica al GastroShow
Tiemar abre este martes en la calle Rosario con un concepto diferente, desenfadado y original que traspasa el umbral del gastrobar al uso
Hay nervios la víspera de la inauguración. Isidro López, meticuloso hasta el extremo en la cocina, lo es también en este tipo de situaciones a la que no está tan acostumbrado. Hasta la medianoche ha estado junto a sus padres, Lourdes e Isidro, dando las últmas puntadas al nuevo local de la calle Rosario. La cuenta atrás se ha hecho eterna. Más de dos años de papeleo con Urbanismo primero y de tensa espera por la evolución de la pandemia después.
Quien espere algo similar a lo que fue toda una sensación en la barriada de San Joaquín, no tiene nada que ver en la forma, pero sí en el contenido. De hecho, Isidro sigue apostando por platos como el niguiri, las gyozas, el pulpo asado, el bollito de pato al estilo pekinés, la carrillera o las texturas de chocolate con los que tanto nos hizo disfrutar.
Junto a ellos, otras novedades. Como unos croquetones cremosos de chistorra con crema de huevo frito. Frituras de gran tamaño, crujientes por fuera y melosas y equilibradamente sabrosas por dentro que no desmerecen de las muchas que lió durante su aprendizaje en Echaurren su hombre de confianza en la cocina, Alberto Lobo, con quien coincidió en la Escuela de Hostelería de Sevilla y que se incorpora al proyecto.
O un gazpachuelo de japaleño salvajemente atenuado, que ya adelante va a ser una de las sensaciones del nuevo local.
El clásico pan bao relleno de pato al estilo pekinés. En la preinauguración nos lo han servido con un pan de brioche de la panadería Masa Madre, del Parque Atlántico. Con uno u otro pan, el relleno es espectacular. Además, un perrito de ternera india macerada con barbacoa coreana nos muestra en la pre ganas de seguir dándole vueltas para seguir sorprendiendo a la clientela.
Como decía, lo más novedoso y llamativo del nuevo Tiemar está en la forma. En esencia, es la idea que Isidro tuvo en la cabeza desde el principio. He de apresurarme a aclarar que el nuevo espacio no está completo, ya que en la primera planta hay proyectado un restaurante que atenderá el propio dueño dentro de unos meses.
Lo que este martes abre sus puertas es el GastroShow de Tiemar. Un espacio que toma el testigo de la GastroFábrica en la que Isidro dio los primeros pasos en solitario. No es talmente un gastrobar. Es un concepto distinto en el que la dirección propone una experiencia sentado a la mesa, en la barra o en mesas altas. Donde se fusiona la cocina creativa con la comida callejera. Todo en una atmósfera distinta: "es como entrar en una calle de Bangkok. La idea es que comas en un restaurente, pero como si estuvieras en medio de la calle. Tiene un rollo informal y formal a la vez".
Mejor verlo y probarlo.