Algunas recetas no son una alternativa al trasvase si nos empobrecen a todos

Alicante

A mantener la presión. Tras la reunión con Ximo Puig, en la que la vicepresidenta del Gobierno, Teresa Ribera, insistió en la necesidad de reducir los trasvases del Tajo al Segura, los regantes del acueducto se ven reforzados, se rearman para manifestarse el próximo lunes en Madrid.

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Eso si, debe ser una movilización propositiva, tendiendo la mano y no enrocándonos en agravios. Hay suficientes razones de peso -históricas, económicas o medioambientales- para hacer dudar a la ministra de Transición Ecológica. Debemos aprender de estériles guerras del pasado. Atraer y seducir sigue siendo la mejor receta, ya que la resolución debe ser política.

Ahora bien, a Ribera también hay que pedirle un poco más de empatía, incluso de pedagogía. Hay que reclamarle que visite -por ejemplo- la Vega Baja, que conozca sobre el terreno nuestra realidad agrícola y que entienda que todos luchamos contra el calentamiento global, todos estamos en el mismo barco y todos nos vamos a hundir o, espero, a parar una de las principales amenazas que tenemos.

Pero también debe entender que algunas de sus recetas, a corto y medio plazo, no son una alternativa al trasvase si nos empobrecen a todos.