Condenan a Amazon a entregar una tele de 2.000 euros a un cliente que la compró por 364
El caso lo ha llevado el despacho de abogados de Alega
Leganés
Un juzgado ha condenado a la empresa Amazon a hacer entrega de un televisor valorado en 2.000 euros a un particular que lo adquirió por 364 euros, debido a un error de la plataforma en la rebaja de su precio.
Los hechos se remontan al mes de agosto de 2019, cuando el reclamante adquirió por medio de la página web de Amazon un televisor rebajado a un precio de 364 euros. Tras realizar la compra y habiéndole confirmado la empresa la operación y número de pedido, fue informado de que la compra se cancelaba y se procedía al reembolso automático debido a un manifiesto error por parte de la empresa en la rebaja del producto.
El precio medio de mercado del citado televisor ronda los 1.500-2.000 euros, por lo que bajo el pretexto de haber incurrido en un evidente error, Amazon resolvió el contrato unilateralmente, confiando en que todo quedaría en un malentendido.
A la vista de esta situación, el comprador decidió reclamar el asunto ante los tribunales, valiéndose de los servicios prestados en el despacho del Grupo Alega.
Qué dice la Ley
Los contratos formalizados en internet surten los mismos efectos que los celebrados en un establecimiento. Según dispone la Ley 34/2002, de 11 de julio, de servicios de la sociedad de la información y de comercio electrónico: “Los contratos celebrados por vía electrónica producirán todos los efectos previstos por el ordenamiento jurídico, cuando concurran el consentimiento y los demás requisitos necesarios para su validez”.
En este supuesto, el comprador cumplió con la obligación derivada del contrato, esto es, el pago de precio, por lo que la parte vendedora debía de cumplir con la suya; entregar el artículo adquirido, no siendo legítimo en este sentido la resolución unilateral del contrato celebrado pues, conforme al art. 256 del CC, “la validez y el cumplimiento de los contratos no pueden dejarse al arbitrio de uno de los contratantes”.
Si bien es cierto que, en los supuestos en que se incurre en error, el contrato puede resultar ineficaz, en el presente caso, Amazon no pudo acreditar ese supuesto error informático que se produjo, más allá de justificarlo en la notable diferencia entre el precio medio de mercado del producto y el precio al que lo adquirió el comprador, por lo que finalmente el juez condenó a la empresa a la entrega del producto adquirido.