Confiando en los efectos del "doctor verano"
Los servicios técnicos del Consejo Regulador confían que la meteorología habitual de estío ribereño permita la recuperación de parte de las viñas dañadas por el pedrisco, si no es para la vendimia, sí para la próxima brotación
El efecto de las plagas en este momento es inapreciable, aunque los técnicos no dejan de advertir que no hay que bajar la guardia para detectar a tiempo problemas de mildio, oidio, acariosis o polilla del racimo

La mayoría del viñedo en la Ribera está en fase de cuajado a finales de este mes de junio / Cadena SER

RIBERA DEL DUERO
Si la meteorología veraniega se comporta como es habitual en la Ribera del Duero parte de las viñas dañadas por el pedrisco de finales del mes de mayo podrán recuperarse antes de llegar a la vendimia y gran parte del resto estarán regeneradas para la próxima brotación. Es la conclusión a la que llegan los servicios técnicos del Consejo Regulador en su primer informe sobre el estado del viñedo de esta temporada, en cuyo análisis del impacto de los fenómenos meteorológicos destacan dos episodios traumáticos para el viñedo: el paso de Filomena en enero y el pedrisco del 30 de mayo y en menor medida del 11 de junio.
Estas tormentas primaverales fueron las más dañinas en la Denominación de Origen, aunque su impacto no fue homogéneo: el informe del Consejo detalla que la superficie dañada alcanza los 2230 hectáreas ubicadas especialmente en tres zonas: la Ribera vallisoletana situada más al oeste, la burgalesa y segoviana del Centro-Sur y la soriana del Este. Concretamente se destacan daños muy elevados en localidades como Padilla, Pesquera de Duero, Valbuena de Duero, Piñel de Arriba, Piñel de Abajo, Villovela de Esgueva, Moradillo, Fuentelcésped. Se consignan daños de diversa consideración en otras dos decenas de municipios.
Los servicios técnicos del consejo regulador indican que se debe analizar la capacidad de recuperación de estos viñedos que hasta el momento de la vendimia pueden reducir los daños iniciales siempre y cuando las condiciones meteorológicas sean las habituales. En aquellos casos en que los daños sean irrecuperables el informe recomienda empezar a trabjar para recuperar la madera de poda para la próxima campaña.
Por lo que se refiere al paso de Filomena, aunque en su momento no pareció apreciarse un daño excesivo en el viñedo, dado el letargo del ciclo natural en que se encontraba ha sido en el momento de la brotación cuando han comenzado a aparecer alguños de los perjuicios que dejaron las temperaturas extremas principios de enero, que llegaron a 15 bajo cero en Aranda y hasta 20 grados negativos en San Esteban de Gormaz.
En este momento, al inicio del verano, la mayor parte del viñedo de la Denominación de Origen se encuentra en fase de cuajado con apenas dos jornadas de adelanto sobre lo que se considera un año promedio.
Y aunque hasta el momento las plagas no han causado ningún problema como es habitual los servicios técnicos del Consejo Regulador recomiendan estar atentos a enfermedades como el Mildiu, dado que la meteorología ha sido propicia para declarar un riesgo alto de infección. También advierten de que comienzan a verse los primeros síntomas de Oidio, aunque de manera muy escasa. No bajar la guardia frente a los ácaros y la polilla del racimo son también las recomendaciones habituales para atajar cualquier brote que pueda aparecer, pese a que en ambos casos el riesgo es mínimo en este momento.




