Los avisos valen hasta la segunda copa
En cuanto la ingesta de alcohol adquiere un cierto nivel, la agitación contagiosa de los cuerpos se vuelve imparable

La línea roja Matías Vallés (08/07/2021)
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Palma
Buenos días. Iago Negueruela amagó a principios de la temporada turística con el cierre de las calles del Jamón en la Playa de Palma o de Punta Ballena en Magaluf.
Está claro que le prohibieron desarrollar esta prohibición, valga la redundancia y a falta de adivinar quién puede vetarle una iniciativa al conseller para todo del Govern.
En una entrevista con Pedro Blanco en esta emisora, Negueruela matizó que habían decidido dar una oportunidad a los empresarios de estas zonas de combate turístico.
El conseller también se reafirmó en que los visitantes británicos debían corresponderse con un turismo familiar.
Si ya es difícil imponer la familiaridad en Mallorca, imagino lo que pensarán en la Ibiza nocturna.
Ayer mismo, Negueruela volvió a insistir en la pacificación del turismo, ahora escoltado por el cónsul británico.
Se agradecen las advertencias del conseller hiperactivo, pero la experiencia demuestra que los avisos surten efecto hasta la segunda copa.
En cuanto la ingesta de alcohol adquiere un cierto nivel, la agitación contagiosa de los cuerpos se vuelve imparable.
Y así es como el turismo de Mallorca se revuelve contra la continuidad del turismo en Mallorca.
El turismo se ha convertido en su peor enemigo.




