Siete personas han sido condenadas a prisión por provocar incendios forestales desde 2001 en Canarias

Santa Cruz de Tenerife

Canarias no ha sido ajena al fenómeno de los denominados nuevos incendios forestales. Se trata de siniestros que superan a los incendios habituales en extensión y virulencia debido, entre otros factores, al cambio climático. Los últimos años los expertos en extinción se ha tenido que emplear a fondo en multitud de incendios que han dejado miles de hectáreas arrasadas e incluso víctimas mortales. Pero ¿qué provoca estos incendios? Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) el 96 por ciento de los incendios es provocado por el hombre. Un 55 por ciento de forma intencionada y 23 por ciento por accidentes o comportamientos negligentes.

En el caso de Canarias, las negligencias se esconden en gran parte de los incendios acaecidos en los últimos años, si bien hay excepciones. Según el informe de la Fundación de Civio Canarias son la segunda comunidad en procedimientos penales. Entre 2001 y 2012 los juzgados condenaron a seis personas que provocaron 17 incendios forestales. La dificultad para llevar ante la justicia a los pirómanos consiste en que hay que detenerlos en plena acción del delito, es decir prendiendo fuego al monte. Esta circunstancia la tienen muy claras los delincuentes por lo que suelen utilizar dispositivos retardados para poder huir del lugar antes de que se inicien las llamas y también para poder establecer varios frentes.

Entre los incendios provocados de forma deliberada, destacan los de Tenerife y Gran Canaria en 2007. Ambos fueron provocados en Santiago del Teide y Tejeda, respectivamente. Las llamas devastaron más de 34.000 hectáreas. En el caso de Tenerife nunca se encontró al autor mientras que en Gran Canaria se detuvo a un empleado de Gesplan como presunto autor. Más de 6.000 personas tuvieron que ser desalojadas en las dos islas.

En el caso del incendio de la isla de La Gomera en 2012 quemó el nueve por ciento del territorio y todo apunta a que fue producto de varios conatos provocados por un pirómano que nunca se logró detener. Un caso trágico fue el del incendio de La Palma en 2016. El fuego devastó 5.000 hectáreas y falleció el agente forestal Francisco José Santana Álvarez. La investigación determinó que el incendio fue provocado y se detuvo a un ciudadano alemán de 27 años quien confesó que inició el incendio de forma no intencionada al quemar el papel higiénico que había utilizado para hacer sus necesidades.

El autor fue condenado a tres años y seis meses de prisión por un delito de incendio forestal con resultado de muerte. Del igual modo, el Seprona procedió a investigar a un menor de 16 años al considerarlo como autor de la quema de una tunera que provocó el incendio de Garafía en 2020. En cuanto a uno de los mayores siniestros forestales de los vividos en Canarias, acaecido en Gran Canaria en 2018, las investigaciones determinaron que unos cables de alta tensión fueron los responsables del inicio del fuego.