Una nueva calle en Beato Gaspar Bono

Valencia

Decía el erudito Godofredo Ros en su Valencia Edetana que la calle del Beato Gaspar Bono, situada a espaldas del Jardín Botánico, entre las calles de Quart y la Pechina, llevaba ese nombre desde 1888, pero lo cierto es que ya aparece rotulada bajo esa denominación en los planos geométricos de la ciudad Valencia de 1869 y 1831. Y su topografía aún es más antigua, ya que su trazado aparece delineado en los planos de Valencia realizados por Mancelli (1608) y Tosca (1704).

Se trata por tanto de una vía antiquísima, que partiendo desde la calle de Quart, perpendicular a esta frente a la torre de la iglesia de San Sebastián, se dirigía hasta el río, sirviendo de límite entre dos huertos históricos, al este l’Hort de Tramoieres, donde a principios del siglo XIX la Universidad de Valencia instalaría el Jardín Botánico, y al oeste los terrenos del Barón de Benidoleig, que fueron adquiridos por los Jesuitas para construir su colegio a finales del siglo XIX.

Esta histórica vía extramuros fue bautizada, seguramente por los propios vecinos, con el nombre del Beato Gaspar Bono, un personaje muy popular vinculado al barrio a través de la vecina iglesia de San Sebastián.

Gaspar de Bono i Monzón, nació en 1530 en la calle Cañete de Valencia, un pequeño atzucac de la calle Quart donde todavía se conserva su casa natalicia y donde cada mes de julio celebran fiestas en su honor. De familia muy humilde, Gaspar de Bono se alistó en el ejército imperial de Carlos V, luchando en las campañas de Francia e Italia, donde cayó gravemente herido. Su recuperación milagrosa le hizo ingresar bajo promesa en la Orden de los Mínimos, una congragación basada en la humildad y la pobreza, fundada por San Francisco de Paula en el siglo XV, que en Valencia regían el Convento de San Sebastián, erigido en 1533 en la calle Quart Extramuros.

Fue ordenado sacerdote en 1563 y elegido provincial de la congregación en 1602, ejerciendo desde entonces el apostolado y la enseñanza de novicios desde el Convento de San Sebastián, donde pasó la mayor parte de su vida.

Murió con gran fama de santidad en 1604 y fue beatificado en 1786 por el Papa Pio VI. Sus actuales seguidores le atribuyen el don de mediar en los partos difíciles y en la curación de enfermedades óseas.

De aquel convento de San Sebastián desde donde predicó el Beato Bono, nos queda la actual iglesia, que data del siglo XVIII, donde todavía restan diversas referencias al religioso valenciano, aunque sus restos se encuentran en la Iglesia de San Nicolás, donde fue bautizado.

La calle, ahora peatonal, que lleva su nombre por lo menos desde principios del siglo XIX, fue mutilada hace unos años por el Jardín de las Hespérides, que bloquea el tránsito natural hasta el río.

Para resolver este cul de sac, el Ayuntamiento ha abierto haces unos días una nueva calle, perpendicular a la del Beato Bono, con la intención de unir esta con la Gran Vía, y darle una nueva salida a la espera de construir el nuevo jardín, continuación del Botánico y las Hespérides, que llevará el nombre de Trini Simó.