La depuradora del este de Gijón entra en fase de pruebas

Gijón

Tras más de cinco años paralizada, la depuradora del este de Gijón inicia las pruebas de funcionamiento de sus equipos. Estos trabajos consistirán en la puesta en servicio del nuevo pretratamiento construido, desarenado-desengrasado, y se amparan en la nueva Declaración de Impacto Ambiental de 2019 que legaliza la instalación e incluye medidas correctoras para culminar la construcción de la planta. Entre ellas, una chimenea de desodorización que permite eliminar ruidos y olores. El coste total del proyecto asciende a 44 millones de euros. 

Desde hace más de cinco años, cuando la justicia dio la razón a los vecinos del entorno, la cuenca este de Gijón vierte sin tratar al medio marino, a través del emisario submarino de Peñarrubia. En las próximas semanas, la Confederación Hidrográfica del Cantábrico tiene previsto poner en servicio el resto de la estación depuradora: decantación primaria y tratamiento biológico. Para ello, previamente, será necesario sustituir varias de las juntas de la línea de impulsión de fangos que se han comprobado defectuosas durante las pruebas de presión llevadas a cabo durante las últimas semanas en el colector de fangos existente. 

El director técnico de este organismo, Jesús Garitaonandia, prevé que la planta "esté en perfecto estado de revista" antes de acabar el mes de noviembre. En declaraciones a la Cadena SER ha explicado las actuaciones pendientes en una infraestructura que sigue judicializada. El último paso de los vecinos fue una querella criminal contra los responsables de las administraciones públicas que están detrás de la puesta en marcha de este proyecto. Entre los denunciados se encuentra el secretario de Estado de Medio Ambiente, el asturiano Hugo Morán.