A falta de Justicia, Verdad como cura paliativa

Bilbao

No fue hasta 2010, al cesar ETA su actividad armada, cuando se empezó a hablar de sus asesinatos sin resolver. Sencillamente, se desconocía el problema. Fue con la publicación de 'Vidas rotas', de Domínguez, Alonso y García Rey, al recopilar uno tras otro todos los crímenes de la banda, cuando saltó a la vista. Hasta entonces, cada familia sufría esa impunidad creyéndose única.

 Ahora sabemos que en el 40 por ciento de los asesinatos de ETA los autores materiales no han sido identificados o juzgados. Una misión del Parlamento europeo investiga desde ayer por qué. Y el primer testimonio recogido es un informe del Memorial, que lo atribuye a descoordinaciones judiciales y policiales, falta de colaboración internacional, y sobre todo, al miedo y la ley del silencio. El nadie ha visto nada.

El Memorial advierte de que, en un elevado número de casos, no habrá Justicia para las víctimas. Pero puede haber verdad, concluye. Una verdad no judicial. Seguir investigando, aunque el caso haya prescrito, e informar del resultado a las víctimas que lo deseen. A falta de Justicia, la verdad como cura paliativa para poder descansar y empezar por fin el duelo.