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¿Cuál será el futuro del abeto de Plaza de España después de Navidad?

El árbol, que ha costado más de 100.000 euros, se convertirá en madera tras su exhibición en Madrid

Llegada del abeto a Plaza de España. / Ayuntamiento de Madrid

Madrid

No lleva ni 48 horas colocado en la Plaza de España de Madrid, pero el abeto navideño ya ha recibido las primeras críticas de parte de la oposición en el Ayuntamiento de la capital. No es por su alto coste —más de 100.000 euros, ni tampoco por su emplazamiento, sino por su dudosa sostenibilidad. El árbol, una especie georgiana plantada y cultivada en la provincia de Girona, ha venido sin cepellón, talado al ras, sin una raíz. Tras exhibirse en Madrid, su vida habrá terminado. No puede trasplantarse, por lo que su destino será convertirse en madera y en compostaje.  

Este final para el abeto más mediático de la Navidad de Almeida no ha gustado a Más Madrid. Al concejal de la formación y coportavoz de Verdes Equo Madrid, José Luis Nieto, le parece "increíble" que se traiga "un árbol talado desde más de 700 kilómetros de distancia, con la huella de carbono que supone" a la capital para que finalmente muera, al no poder ser trasplantado. También le parece incongruente que el Consistorio ponga en marcha un programa cada año para recolectar árboles naturales de domicilios particulares y así darles una segunda vida, pero ahora condene a este abeto a la desaparición. De hecho, la formación no descarta llevar su denuncia a un pleno municipal. 

El abeto a su llegada a Plaza de España.

El abeto a su llegada a Plaza de España. / Ayuntamiento de Madrid

El alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, se ha preguntado "qué problema tiene Más Madrid con la Navidad", les ha pedido que dejen el confrontamiento y ha insistido en que el árbol es sostenible medioambientalmente. El abeto se cría en un vivero, en la provincia de Girona, y su final es ser talado. Su coste total, con los pagos a la empresa, traslados, más la decoración (800 bolas, 200 caramelos y  1.800 metros de cordones luminosos) ha sido de 112.000 euros. La inversión total en elementos decorativos navideños en la capital asciende a 3,6 millones de euros, según aseguran fuentes del Ayuntamiento. 

Estas mismas fuentes también justifican la adquisición del árbol y sostienen que no hay nada insostenible en esta exhibición en la nueva Plaza de España. "No se ha cortado en un bosque, sino que ha sido cultivado para este fin", explican. Una vez finalizadas las fiestas, será retirado y destinado a hacer madera. Un hecho, que según el Consistorio, "complementa el ciclo" para que el fue plantado. La empresa suministradora, que es experta en este tipo de árboles, cultiva más de 50.000 ejemplares cada año "bajo un estricto control de las autoridades competentes".

El ejemplar también cuenta "con la máxima certificación MPS Sustainable Quality, asociación internacional que controla el cultivo vegetal en más de 55 países de todo el mundo". El Consistorio insiste, ante las críticas, que "los abetos de Navidad naturales fomentan que el monte esté trabajado y cuidado, con lo que se evitan la deforestación, el abandono de los bosques, los incendios y la desaparición de las poblaciones que trabajan la tierra". Y, además, durante sus años de existencia "liberan oxígeno y reducen el dióxido de carbono de la atmósfera, gas que provoca el efecto invernadero" por lo que supone "un beneficio ecológico".

Colocación del abeto.

Colocación del abeto. / Ayuntamiento de Madrid

Estas explicaciones no sirven para Más Madrid. "A pesar de que la finalidad de estos árboles sea talarlos para madera, resulta un contrasentido que en plena COP26 se traiga un árbol talado para adornar la ciudad tras recorrer kilómetros de transporte especial por carretera, que deja una huella de carbono que bien se podría haber evitado recurriendo a las otras opciones", apostilla Nieto. Algunas de esas alternativas son, por ejemplo, decorar otros ejemplares que ya están plantados por la ciudad. 

Pero, ¿es verdaderamente sostenible la colocación del abeto? El conservador y jefe de la unidad de arbolado del Jardín Botánico de Madrid, Mariano Sánchez,  asegura que estos árboles, que se crían en viveros y cuya finalidad es convertirse en madera y en compostaje, "ya han cumplido el ciclo de su vida". Durante sus años de crecimiento en el monte, estos ejemplares han contribuido a limpiar la atmósfera. Sánchez afirma que es "mucho mejor" usar un árbol natural, de madera, que uno de plástico, cuya fabricación contamina más. El especialista aclara que su valoración hubiera sido diferente si en lugar de proceder de un vivero lo hubieran talado de cualquier otro bosque.

Minerva Marcos López

Minerva Marcos López

Periodista en la sección digital de la SER. Antes en Radio Madrid, el programa 'Hoy por Hoy' y en la...

 
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