De karaokes y espantadas en el auto judicial sobre el pasaporte COVID

Bilbao

En el largo preámbulo en el que se adelanta a las críticas que sabía que recibiría, la sala de lo contencioso del Superior vasco le dice al Gobierno que su motivación la tiene que entender, no los expertos, sino un ciudadano medio. Para luego redactar un auto difícil de entender, que acusa al Gobierno de razonamientos jurídicos "poco profundos" para luego citar como derecho fundamental en riesgo por el pasaporte COVID el de "creación artística" en los karaokes o que achaca al Ejecutivo la falta de datos en la memoria justificativa, para luego, con esos mismos datos, concluir que los efectos del contagio en los vacunados no son relevantes.

El auto cogió por sorpresa hasta el propio Gabinete Urkullu, que tardó cinco horas, en reaccionar y decir que no lo recurrirá. Ahí, sin sorpresa. Algún día sabremos por qué se niega siempre a recurrir al Supremo como árbitro en esta cuestión. Lo de que "no quiere judicializarla" es poco creíble cuando él mismo la llevó a los tribunales. Eso sí, a los vascos.

De lo de ayer, el último detalle. La espantada del juez Garrido, que, en los tres últimos autos de la sala que preside sobre medidas del Gobierno vasco, no ha sido el ponente. Que las críticas que sabían que iban a llegar, se repartan entre todos.