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De la plaza a la avenida de la Constitución

Hacemos un repaso de todas las vicisitudes que ha sufrido el nombre de la Constitución en el espacio público conmemorativo de la ciudad de València

Callejeando. De la plaza a la avenida de la Constitución

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Valencia

Como hemos recalcado aquí muchas veces, la toponimia urbana anterior al siglo XIX era fruto de la costumbre y la tradición y estaba compuesta por unos nombres surgidos espontáneamente desde el pueblo por la necesidad de orientarse en las ciudades. Todo esto cambió en 1812 con la revolución liberal y la promulgación de la primera Constitución Española, que se convirtió en símbolo fundamental y principal constructor de la identidad del nuevo estado.

Según la Constitución, el ciudadano ya no es súbdito, y el espacio urbano, reconvertido en espacio público y conmemorativo le pertenece y se siente con el derecho de regir sus designios, y esto tuvo su reflejo por primera vez en la vía pública gracias al decreto CLXXXV de 14 de agosto de 1812: “Que se llame Plaza de la Constitución la principal de los pueblos en que esta se publique”.

En la València de principios del siglo XIX, la plaza más simbólica y principal era la de la Seu, actual de la Virgen. En su perímetro se concentraban los edificios institucionales más importantes y era en ella donde el pueblo se concentraba para festejar, manifestarse o proclamar y defender la soberanía popular. Y fue en esta plaza de la Seu donde se colocó, en 1813, la primera lápida que rezaba: Plaza de la Constitución.

El nombre de plaza de la Constitución para la actual plaza de la Virgen, fue el que más prevaleció desde su instauración en 1812 hasta el inicio de la Guerra Civil en 1936, aunque al tratarse de un espacio tan codiciado, todas las ideologías intentaron dejar en ella su huella. Por ejemplo, durante el reinado de Fernando VII, el nombre de plaza de la Constitución alternó con el de plaza de Fernando VII dependiendo quien ostentaba el poder en cada momento, los liberales o los absolutistas. Pero a lo largo del siglo XIX se promulgaron hasta cinco constituciones, la última de ellas, la de 1876 que daba paso a la Restauración Borbónica fue la más duradera, y estuvo en vigor hasta la II Républica, casi 55 años durante los cuales siguió vigente el nombre de la plaza de la Constitución, aunque popularmente se le conocía como plaça de la Seu o de la Mare de Déu.

Después de la Guerra Civil, y atendiendo a los nuevos designios del Movimiento Nacional, se borró cualquier vestigio constitucional y se renombró la plaza como plaza de la Virgen, denominación que ostenta desde entonces. Tras el franquismo y con la llegada de la democracia se redactó una nueva constitución, la actual, que fue aprobada en el referéndum celebrado el 6 de diciembre de 1978, y muchas poblaciones recuperaron la denominación de plaza de la Constitución para la principal de su municipio.

En València no se consideró recuperar la vieja denominación para la plaza de la Virgen porque era un nombre que ya estaba muy arraigado entre el pueblo. Tampoco se valoró dársela a la ya entonces considerada como plaza mayor de la ciudad, la plaza del Caudillo, que fue rebautizada como plaça del País Valencià. Finalmente, en 1979 para conmemorar la nueva constitución que se había promulgado un año antes, se decidió renombrar la histórica carretera de Barcelona, que durante el franquismo se denominó avenida de Ramiro Ledesma como avenida de la Constitución.

 
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