Las claves de la resurrección personal y artística de Luis Miguel

Valencia

Sin duda, uno de los éxitos televisivos de la temporada, ha sido el final de la exitosa serie en torno al cantante Luis Miguel de Netflix, y que ha mostrado la turbulenta vida del artista mexicano, sin esconder sus problemas con el alcohol, sus ataques de ira y soberbia, sus tormentosas relaciones familiares y su escaso acierto para rodearse de gente honrada. Seguramente, una catarsis necesaria para retomar su carrera, pues la desastrosa gestión económica de la misma, sumada a una grave crisis personal, le abocaban a la ruina total. La única salida fue echar mano de amigos influyentes que le sacaran de los infiernos.

Así, Carlos Sim (hijo del magnate de las telecomunicaciones), el productor Miguel Alemán (nieto del expresidente Alemán Valdés, y cuya empresa Gato Grande ha coproducido la serie) y Carlos Bremer (empresario impulsor de deportistas y emprendedores) convencieron al cantante para que desnudara su hermética vida en una serie de televisión que emitiría Netflix para Latinoamérica y España, y Telemundo para USA.

Luis Miguel aceptó participar en la serie con una condición

Luis Miguel no tuvo otra que aceptar, pero solo puso una condición: que la serie se basara en el libro “Luis Mi Rey”, que el periodista alicantino Javier León Herrera publicó en 1997. Aquel libro desveló por primera vez las terribles circunstancias en las que se había desarrollado la carrera de Luis Miguel desde bien niño. Resulta curioso que, cuando se publicó, el cantante negó la autorización de esta biografía para, años después, exigir que la serie sobre su vida se basara en la misma. Así lo recuerda Javier León Herrera, en una entrevista concedida a Radio Valencia: “Cuando publiqué el primer libro, hice todo lo posible para que Luis Miguel lo autorizara, porque hasta entonces no se conocía su complicada historia y contarla de manera respetuosa no le iba a suponer ningún trauma añadido. Sin embargo, acontecimientos que eran recientes en su vida no facilitaron esa autorización. Pero el destino es caprichoso y, justo veinte años después, contactaron conmigo para basar la serie en ese libro.”

El éxito de la serie fue colosal, especialmente en México y otros países sudamericanos, incluso entre la población hispana de Estados Unidos: “Fue un fenómeno social, en México la vida se paraba cada domingo cuando se emitían los nuevos capítulos, había más expectación que con los partidos de la selección en el mundial, nunca viví algo semejante en la televisión”, añade Javier León.

Y, pese a que Luis Miguel es el productor ejecutivo de su propia serie, llama la atención que haya expuesto con crudeza su lado más oscuro: su carácter iracundo, sus problemas familiares y sus adicciones. A Javier Leon Herrera, sin embargo, no le sorprende que el cantante se haya desnudado de esta manera ante la audiencia: “La serie llegó en un momento en que Luis Miguel ya no era capaz de resolver sus problemas por sí mismo. Entendió que mostrar las complejas circunstancias que le llevaron a estas situaciones daba credibilidad a la historia, y que iba a ayudar a entender mejor su situación”.

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La serie ha acabado con los graves problemas financieros de Luis Miguel, permitiendo liquidar cuantiosas deudas, como la que tenía con otra gran estrella mexicana: Alejandro Fernández, con quien Luis Miguel iba a emprender una gira conjunta, y que canceló abruptamente generando millonarias pérdidas. Fue la primera deuda que se saldó con los suculentos beneficios de la serie.

Resurrección personal y artística

Pero lo más importante es que la serie ha significado la resurrección personal y artística de Luis Miguel, que se embarcó en 2018, coincidiendo con el inicio de la misma, en una triunfal gira, “México por siempre”, con más de un centenar de conciertos. Recuerda el escritor alicantino que “en esos conciertos se vio a un Luis Miguel renacido, más cercano y optimista, que se dio cuenta de que su relato había calado, que la terapia de choque había funcionado y que su público empatizaba con su historia. Desgraciadamente, la pandemia cortó este proceso de recuperación, que espero se solvente pronto”.

Amistades valencianas de Luis Miguel

Asimismo, Javier León Herrera ha hecho referencia a algunas de las amistades valencianas de Luis Miguel. El primero de ellos, Alejandro Asensi, hijo del periodista también valenciano Pepe Asensi, y cuyas familias entablaron amistad en la época en que ambos eran niños. Con el tiempo, Luis Miguel, hastiado de tanto engaño, le pidió a su amigo que le representara, consolidando una sólida relación personal y profesional que saltó por los aires cuando el cantante se enteró de que Alejandro tenía un romance con su hija Michelle: nunca más se dirigieron la palabra. En la serie, al personaje de Alejandro Asensi se le cambia el nombre por Mauricio Ambrosi.

Más duradera, asegura Javier León, ha sido la amistad de Luis Miguel con otro ilustre valenciano, el torero Enrique Ponce: “Posiblemente, Ponce es el mejor amigo que Luis Miguel tiene en España. Su relación con el matrimonio de Enrique y Paloma Cuevas fue intensa, y perdura pese a la separación de ambos.”

Relación del autor de su biografía con el cantante

Y, por supuesto, hemos querido saber de la relación del propio escritor con el cantante: “A ver, yo con Luis Miguel no me voy de cañas. Mi relación con él se basa en el respeto mutuo, y en saber mantener los compromisos de confidencialidad y de su privacidad. Él nunca me ha corregido nada, respeta el rigor de mi trabajo, y espero que siga siendo así.”

Javier León Herrera ha escrito tres libros sobre la figura de Luis Miguel: “Luis Mi Rey” (1997), “Luis Miguel: la historia” (2018), y “Oro de Rey” (2021) escrito junto a Juan Manuel Navarro, y que actualiza la biografía del cantante mexicano incluyendo todos los detalles de la gestación de la serie. Y recientemente, acaba de publicar una biografía sobre Hombres G: “Nunca hemos sido los guapos del barrio”.