¿Están los pueblos de la Ribera condenados a desaparecer?

Aranda de Duero

La Ribera del Duero pierde población. Es un hecho constatado a través de las cifras que refleja el INE y que desgranaba esta misma semana la ADRI Ribera del Duero burgalesa, pero no tan preocupante en comparación con cualquier otra zona rural que está experimentando el severo y continuado problema de la despoblación. En cifras, la comarca según el ADRI ha perdido un centenar de habitantes en el último año, siendo 41 los pueblos que han perdido vecinos y 26 los que afortunadamente los han sumado. Pero, ¿en qué se traducen estas cifras? Las hemos repasado con Javier Gómez, que además de ser gran conocedor de la comarca, es el decano del Colegio de Sociólogos de Castilla y León. 

"En estas pérdidas de población también hay que tener en cuenta la covid, pero sobre todo el envejecimiento de nuestra población, que va en contra. Este ha sido un año difícil y sobre todo en el medio rural. Pero yo diría que el caso de la Ribera no es de los más graves de la España Vacía; tiene una actividad económica que funciona y es atractiva. Porque aquí hay dos variables; en el medio rural se queda el que quiere y el que puede. Y poder quedarse se basa en tener trabajo, servicios y posibilidad. En eso no estamos tan mal. Y luego está el querer y eso es que la vida en el campo te resulte atractiva. A mí desde luego la Ribera me gusta, pero sabemos que los valores de nuestra sociedad y sobre todo para los jóvenes se basa en lo urbano", dice. 

Los movimientos de pequeño radio, claves

El hecho de que los pueblos de la comarca mantengan en cierto modo su población tiene mucho que ver con Aranda. Es una unión que se pone de manifiesto hasta en esta cuestión. "Puede haber personas que vivan en un pueblo pequeño y sus hijos se van a vivir a Roa o a trabajar a Aranda. Y encima sin perder el contacto, porque en los pequeños movimientos tenemos situaciones como personas que están empadronadas en un pueblo pero viven en Aranda, gente que va y viene, personas que viven en Aranda pero van al pueblo los fines de semana... Esto no expresa toda la vitalidad de los pueblos, porque hay algunos que durante muchos meses están bien, pero en los meses fríos están casi vacíos. La relación de los pequeños pueblos con los centros comarcales de servicio es esencial", apostilla.

¿Nuestros pueblos están condenados a desaparecer?

Gómez es tajante ante esta cuestión. "Si hablamos de la Ribera yo creo que no. Lo que no puede haber es una red de pueblos tan amplia. Los pueblos pequeños tienen un futuro difuso, que no es el abandono a nivel de ruinas, sino pueblos que viven solo en verano. Pero los pueblos de servicio y los pueblos grandes yo creo que se van a mantener y además con una deseable recuperación de población; la pandemia nos ha demostrado que se puede teletrabajar y vivir en el pueblo. La Ribera al final es una ubicación buena, atractiva a nivel de paisaje, tiene la producción de vino y es conocida; comparándola yo creo que hay motivos para la esperanza", sentencia, en una entrevista que puede reproducirse en la parte cabecera de la información.