Hoy en Busturia se coloca en su memoria la primera placa Stolpersteine de Euskadi. Fusilado en un campo de concentración del Tercer Reich, sus cenizas reposan en el memorial del crematorio civil de Stranice, en Praga, donde el encargado del crematorio los guardó y documentó, desobedeciendo órdenes, y facilitando que ahora, sus familiares, puedan "cerrar el círculo"