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Una familia vitoriana recupera 84 años después los restos de un tío desaparecido en la guerra civil

Máximo Sainz Plaza fue fusilado con 18 años en el transcurso de una fuga carcelaria histórica, la del Fuerte de San Cristóbal, en Navarra

Memoria histórica: una familia vitoriana recupera los restos de su familiar asesinado en la histórica fuga del Fuerte Alfonso XII en Navarra.

Memoria histórica: una familia vitoriana recupera los restos de su familiar asesinado en la histórica fuga del Fuerte Alfonso XII en Navarra.

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Vitoria

Después de 84 años, este martes, una familia vitoriana ha podido recuperar los restos de uno de sus miembros: el tío Máximo. Máximo Sainz Plaza, fue asesinado con 18 años —en 1938— por el bando franquista en el transcurso de una de las fugas carcelarias más sonadas en Europa, la del Fuerte Alfonso XII, cerca de Pamplona.

Hasta hace unos meses, sus ya pocos familiares, desconocían dónde estaba su cuerpo. Fermín Ezkieta, un investigador que estudia estos casos, logró localizar a Ignacio Fernández Sainz, uno de sus sobrinos, y gracias a las pruebas de ADN, confirmaron que los restos exhumados de la fosa común de Olave, en Navarra, eran los de su tío.

Máximo Sainz era natural de la localidad navarra de Desojo, pero vivía en Vitoria desde que era muy pequeño. Con 16 años fue apresado, pero sobre su detención había poca información y apenas se hablaba de ello en la familia, ha explicado en Hoy por Hoy Vitoria su sobrino Ignacio.

Él recuerda que en la familia se solía decir que había sido detenido por ir a cazar pájaros con una escopeta. Hace unos tres años, a través de un informe de la Sociedad Aranzadi, Ignacio descubrió lo que había ocurrido realmente. Máximo intentó sumarse al bando republicano junto a otros cuatro chavales a través de Orduña. Cuando se dirigían a Zuazo de Kuartango, el cura los delató y fueron detenidos por los requetés. Ignacio tiene una teoría sobre por qué se silenció la verdad sobre la detención de su tío. "Mi abuelo era funcionario del Ayuntamiento de Vitoria y Vitoria estaba dentro de la parte franquista. Posiblemente, el hecho de ser el padre de un 'rojo', no lo ayudase mucho en su trabajo", ha contado.

Máximo fue condenado a 20 años de cárcel y en abril de 1937 fue enviado al Fuerte Alfonso XII. El 22 de mayo de 1938 escapó con otros casi 800 presos de este penal por las malas condiciones —poca luz, frío o humedad— en las que vivían hacinados los 2.400 condenados que había en aquel momento. En su huida, fue fusilado el 26 de mayo en la localidad navarra de Olave, un día después de cumplir los 18 años. Era el preso más joven de este penal. Solo tres personas —se habla de una posible cuarta— alcanzaron el objetivo de su fuga, la frontera francesa.

Ignacio recuerda con emoción el momento en el que, a través de la prueba de ADN, confirmaron que se trataba de su tío. "Me acordé, sobre todo, de mi madre porque le hubiera hecho especial ilusión saber el paradero de su hermano", ha dicho. Después de ocho décadas, la familia de Máximo ha cerrado un capítulo que parecía no tener fin. Para Ignacio se trata de un acto de "justicia y reparación".

Los restos de Máximo descansarán, junto a los de sus compañeros de fuga, en un mausoleo del cementerio de Pamplona dedicado a os asesinados y desaparecidos en la guerra civil.

 
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