"La clave del telescopio James Webb es la resolución"
Naiara Barrado-Izagirre, investigadora en el grupo de Ciencias Planetarias de la UPV/EHU, analiza en 'La Ventana Euskadi' los datos del JWST
Naiara Barrado-Izagirre, investigadora del grupo de Ciencias Planetarias de la UPV/EHU
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Bilbao
El telescopio más potente jamás construido se ha puesto en órbita con la misión de ver más allá y ayudar a escribir las primeras páginas de la historia de nuestro universo. El nacimiento del 'todo' está todavía demasiado lejos, a unos 13 mil millones de años luz, pero el JWST (James Webb Space Telescope) es, de momento, nuestra mejor lente de aumento. Desde el grupo de Ciencias Planetarias de la UPV/EHU han colaborado en la fase preliminar del proyecto, y Naiara Barrado-Izagirre, una de sus investigadoras, ha explicado en 'La Ventana Euskadi' la misión del telescopio.
"La resolución es la 'superclave' —admite la investigadora—, tenemos imágenes de mucha calidad y sensibilidad, unas nuevas vías de exploración". Esas vías novedosas son la posibilidad del JWST de capturar imágenes con "filtro" infrarrojo con una resolución inédita. Puede verse más lejos, y mejor.
La puesta en órbita del James Webb puede ayudar a responder preguntas fundamentales de la física: "Uno de los objetivos principales es que va a servir para estudiar las primeras estrellas y galaxias, las que se crearon justo después del Big Bang", explica Barrado-Izagirre. Cuanto más lejos apunte un telescopio, más atrás en el tiempo estará viendo, de ahí que una lente lo suficientemente potente puede llegar a ver el pasado, el nacimiento de los astros y las galaxias primitivas.
"Otros objetivos (del JWST) son estudiar la formación y muerte de las estrellas, profundizar en el estudio de las galaxias, y, en sistemas planetarios, el estudio de exoplanetas", enumera la investigadora. Una segunda pregunta clave que podría ayudar a responder el telescopio es la del origen de la vida, y el análisis de las atmósferas es el punto de partida.